Don Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno pedía ‘No me gaste las palabras, no cambie el significado… mire que lo que yo quiero, lo tengo bastante claro’ y en su senda nosotros pedimos lo mismo. La historia se puede reinterpretar pero no modificar, y cuando se utiliza las palabras para pretender cambiarla, se miente a los vecinos.
Y los tiempos que vivimos son muy propicios para estas pretendidas modificaciones, hay algunos procurando posicionarse en lugares en los que nunca se estuvo, para ser del agrado de la ciudadanía, y en el mismo sentido se pretende estigmatizar pensamientos bajo remanidos slogans que no siempre se ajustan a la realidad.
Y el Justicialismo es experto en esto de pretender reescribir la historia, tanto en términos reales, como cuando reescribieron el Prólogo del Nunca Más, sin haber querido participar de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), o de manera simbólica borrando partes importantes de la misma, quizás por el fallido proyecto de amnistía.
Apelan a posiciones totalitarias, de amigo-enemigo, conmigo-contra mí (me tenté de poner sinmigo pero eso se lo dejamos a Herminio), de todo o nada, entonces resulta que ahora está ‘Zárate con Cristina’.
Pero bueno, para el peronismo todo aquel que no es peronista es antipatria, oligarca o partícipe de una dictadura cívico-militar, y que el pensamiento dictatorial está en la mente de algunos dirigentes, pero repasemos la historia completa para ver quién es quién.
Ya lo dijo Arturo Illia en un discurso en González Chaves el 3 de diciembre de 1950, discurso que le significó un pedido de desafuero y encarcelamiento, una época en la que no se hablaba de lawfare pero en la que se encarcelaba a un opositor por lo que pensaba y decía, ‘Es fácil formar un partido político dando un salto de Campo de Mayo a la Casa Rosada, utilizar todos los resortes oficiales y perpetuarse en el poder […] ¿Cómo llegaron al poder y para qué llegaron al poder? Porque se realizó aquella revolución del 4 de Junio de 1943”. El peronismo es producto de un golpe de Estado y ¿Tiene el tupé de acusar de dictatorial el pensamiento de quien no piensa como ellos?
Pero vengamos más acá en la historia.
En los ’70 fue el peronismo el que puso en práctica la doctrina de seguridad nacional cuando posicionó tropas de las Fuerzas Armadas en la Provincia de Tucumán para combatir la guerrilla. El Operativo Independencia comenzó en 1975, cuando gobernaba (¿gobernaba?) el peronismo. Fue María Estela Martínez quien firmó el Decreto (Secreto) Nº 261/75 que estableció que ‘El Comando General del Ejército procederá a ejecutar las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la Provincia de TUCUMAN’. Y esto no pretende ser un fundamento para justificar el accionar delictivo y asesino de quienes actuaron al margen de la ley, sino poner las cosas en su lugar.
En la misma época fue el peronismo el que organizó la Alianza Anticomunista Argentina y los diversos grupos parapoliciales que implantaron de hecho el terrorismo de Estado, ya que desde las mazmorras del Ministerio de Bienestar Social de la Nación al mando de José López Rega se organizaron verdaderos raides de caza y exterminio de opositores. Muchos de quienes participaron de estas fuerzas luego fueron nervio central de los Grupos de Tareas de la dictadura militar implantada en 1976.
Y el peronismo tiene el tupé de acusar de dictatorial el pensamiento de quien no piensa como ellos.
Fue el peronismo el que en 1983, en boca de su candidato presidencial y ex Presidente del Senado de la Nación a cargo del Poder Ejecutivo, cargo desde el que firmó los Decretos de exterminio de la subversión, que luego sirvieron de argumento de las defensas de los dictadores para negar las acusaciones esgrimidas por el entonces fiscal Julio César Strassera, quien afirmó en relación a la autoamnistía que había dictado la dictadura militar y que buscaba garantizar la impunidad de su retirada, que ‘desde el punto de vista jurídico, sus efectos serán irreversibles’, dado que ‘en el derecho penal se aplica la ley más benigna’. Gracias al pueblo argentino, las elecciones de aquel año las ganó Raúl Alfonsín, quien 5 días después de asumir ordenó el juicio sumarísimo de las cúpulas de la dictadura.
Fue el peronismo el que decidió no integrar la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) creada por Raúl Alfonsín en 1983 para pretender arrojar luz sobre los hechos sucedidos durante la dictadura militar y fue también el peronismo el que le dio la espalda al Juicio a las Juntas, aunque muchos peronistas contaron su historia y fueron parte de las razones por las que se consiguieron condenas ejemplares y un juicio modelo para el resto del mundo.
Y el peronismo tiene el tupé de acusar de dictatorial el pensamiento de quien no piensa como ellos.

Fue el peronismo el que en 1989 indultó a los militares que condujeron la Guerra de Malvinas y a quienes se habían alzado contra las instituciones democráticas que corrían riesgo en serio y no como ahora que pretenden imponer una realidad a partir del relato.
Fue el peronismo el que en 1990 indultó a los genocidas Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Orlando Ramón Agosti, Roberto Viola, Armando Lambruschini, Ramón Camps y Ovidio Riccheri, cerrando la brecha que habían abierto en 1975. E incluso uno de lo mayores símbolos del neoliberalismo vernáculo, José Alfredo Martínez de Hoz.
Y el peronismo tiene el tupé de acusar de dictatorial el pensamiento de quien no piensa como ellos.

Fue el peronismo el que en 2004 en boca del entonces Presidente Néstor Kirchner afirmó ‘vengo a pedir perdón de parte del Estado Nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia por tantas atrocidades’, pretendiendo transferir a todos los argentinos un accionar propio. Fue Kirchner el que calló durante la dictadura y durante los veinte años de democracia hasta entonces. Fue el peronismo el que muchas veces miró para el costado por conveniencia propia.
Fue el justicialismo el que tuvo entre sus filas al militar golpista Aldo Rico como Presidente del Partido e intendente municipal.
Y el peronismo tiene el tupé de acusar de dictatorial el pensamiento de quien no piensa como ellos.
Seguramente si leíste hasta aquí y sos peronista, varias veces habrás dicho ‘qué nota gorila’, porque además, por supuesto, todo aquel que no piense como un peronista es un gorila, al fin de cuentas la sexta verdad peronista estipula que ‘Para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista’, el problema es a quién se llama peronista… y por ende qué es gorila a sus ojos.
Peronista es quien sigue a Perón… y quien hace lo contrario.
Peronista es quien es nacional y popular… y quien mantiene relaciones carnales con el imperio.
Peronista es quien es estatista… y quien es privatista.
Peronista es Montoneros… y la Triple A.
Al fin de cuentas ya lo dijo Perón en 1972, cuando en Madrid lo entrevistó un periodista español y le preguntó sobre el espectro político argentino de la época, ‘Mire, en Argentina hay un 30% de radicales, lo que ustedes entienden por liberales; un 30% de conservadores y otro tanto de socialistas’. ‘Y entonces, ¿dónde están los peronistas?’, preguntó el informador. ‘“¡Ah, no, peronistas somos todos!’.
Quizás por eso afirman que las prácticas de la dictadura cívico-militar están vigentes en algunos dirigentes, porque ellos mismos vienen promoviendo, hace casi 80 años, ideas surgidas al calor de una dictadura mientras dudaban entre hacer pública o no su germanofilia.
Por eso, como decía don Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno ‘No me gaste las palabras, no cambie el significado… mire que lo que yo quiero, lo tengo bastante claro’.










