Crónica de la sesión preparatoria zarateña

Las normas que rigen nuestra vida cotidiana no siempre se adecuan a la época que nos toca vivir, donde los cambios son vertiginosos y la inmediatez campea a sus anchas. Para el caso de las instituciones legislativas, se trata de normas de cuando las Cámaras y Concejos eran honorables, algo de lo que hoy estamos muy, pero muy distantes. Y es que la palabra ‘honorable’ quedó como un adjetivo decorativo, un recuerdo nostálgico de tiempos mejores, como esos negocios que todavía tienen el cartel pero adentro no queda nada.

Finalmente ayer se realizó la sesión preparatoria del Concejo Deliberante local y desde el vamos quedó en claro que iba a ser una sesión… digamos, peculiar. Carlos Domínguez, quien la presidió por ser el concejal electo de mayor edad de la lista más votada, se encargó de demostrarlo. Y vaya si lo demostró.

Un presidente accidental que no sabía dónde estaba parado 🤦‍♂️

La verdad es que Domínguez no solo no sabía lo que debía hacer ni supo estar a la altura de las circunstancias, sino que ni siquiera se interesó en el funcionamiento del Concejo Deliberante para la función que le correspondía cumplir. ¿Tan difícil era llamar a alguien que le explicara qué tenía que hacer? Aparentemente sí. Aciagos días le vienen a los zarateños con representantes de esta estirpe. Porque si quien debe conducir una sesión por unas horas no se toma ni el trabajo de prepararse, ¿qué podemos esperar del resto?

Pero claro, eso fue solo el aperitivo. El plato fuerte vino cuando al tomarse lista de los concejales presentes dieron su asistencia personas que… digamos que tenían algunos pequeños inconvenientes para estar allí:

Daiana Hergert y Alejandra Berni, quienes, como ya mencionamos ayer tienen incompatibilidad horaria para ser parte de la sesión y fueron denunciadas ante la Justicia por ello. Pero hey, ¿qué son unas denuncias judiciales cuando hay que garantizar la mayoría, no?

Stefanía Rodríguez Schatz, quien sigue fungiendo en paralelo como Secretaria del Departamento Ejecutivo y no presentó licencia. ¿Será que estuvo en el recinto fuera de su horario laboral? ¿O acaso tiene el don de la bilocación? Misterios de la política zarateña que nunca tendrán respuesta.

Y Natalia Blanco, el caso más jugoso y sobre quien hubo un planteo concreto dado que ella juró como Diputada Provincial y participó de la sesión preparatoria de aquel cuerpo, en la que se eligieron sus autoridades. O sea, literalmente ya había asumido en otro cargo. Pero bueno, cuando la conveniencia política llama, las leyes se ponen en modo silencio.

Todo ilegal pero en el gobierno municipal de Zárate muy poco es legal.

El cuarto intermedio donde se negocia lo que la ley no permite 💰

Fue Lucas Castiglioni quien, apelando a varias citas legales, pidió un cuarto intermedio para debatir esta cuestión. Y aquí es donde la cosa se pone verdaderamente interesante, porque quedó al desnudo el porqué ciertas leyes ya no sirven para esta época… o mejor dicho, no sirven para quienes pretenden hacer lo que se les canta.

Blanco no pidió licencia porque al oficialismo no le interesaba que asumiera Viviana Nazábal, retornando la desconfianza inicial de cuando le impidieron asumir en dos oportunidades. El accionar de Blanco es ilegal, cuestionable y éticamente reprochable. Punto. Sin vueltas. Si ella juró como Diputada, ya no debía estar en el Concejo Deliberante.

No era necesario esgrimir argucias legales, hay una cuestión moral que es superior. Hay que hacer lo que se debe hacer, y Blanco hizo lo que le convenía… a Matzkin. Algo similar ocurre con Rodríguez Schatz, Berni y Hergert. Es vergonzoso cómo se manipula la normativa en beneficio propio cuando el espíritu de las normas es claro. Lo que no es claro, clarísimo diría yo, es el proceder de estas concejales.

Sin embargo, el único planteo que se hizo en el recinto fue sobre Natalia Blanco y se propuso que eso se discutiera entre cuatro paredes, a espaldas de los vecinos. Mal, muy mal inicio del nuevo período legislativo. Porque si algo nos enseñaron estos años es que cuando se cierra la puerta para ‘hablar tranquilos’, lo que se está cerrando es la puerta de la transparencia.

La explicación mágica que todo lo arregla ✨

Lo ‘llamativo’ del caso -y acá pongo comillas grandes como una casa- es que tras regresar del extenso cuarto intermedio, el propio Castiglioni mencionó que seguían con el mismo planteo, pero habiendo recibido explicaciones (como si las leyes se explicaran y con ello ya no fuera necesario cumplirlas) creían que podían seguir adelante.

Ajá. Claro. Las leyes ahora se ‘explican’ y listo, problema resuelto. Mañana voy al juzgado con una infracción de tránsito y le explico al juez por qué me pasé el semáforo en rojo. Seguro me va a entender.

La realidad es que lo que ocurrió en ese cuarto intermedio no fue una discusión acerca de la legalidad o no de la presencia de Blanco, sino una negociación respecto a las autoridades del Concejo Deliberante. Y una vez que Fuerza Patria logró dirimir sus cuestiones internas, todo comenzó a correr sobre rieles… o casi. Porque en Zárate, ni siquiera las negociaciones salen perfectas.

El efecto boomerang de la paridad de género 🪃

El primer cargo que se votó fue el de Presidente del Concejo, cargo que recayó en Leandro Matilla, quien supo presidirlo hasta dos años atrás e hizo una mala Presidencia. No es una opinión, es un hecho verificable y documentado. Sin embargo, ante el riesgo de la ruptura, el sector de La 20 de noviembre privilegió el mal menor y decidió acompañar a quien encabezó la lista que triunfó en los últimos comicios, pese a ser minoritario al interior del bloque.

A cambio de ello, el segundo lugar, la vicepresidencia primera, recaería en Lucas Castiglioni. Lo que no previeron es que las normas se lo impedían. Y acá viene la ironía suprema: los mismos que impusieron años atrás el relevo por género pese a la opinión de la Asesoría General de Gobierno, pretendían ahora violar las normas vigentes y la paridad de género.

El artículo 2 A del Reglamento Interno del Concejo Deliberante es claro al respecto: ‘Cada dos (2) años el Concejo Deliberante procederá a elegir sus Autoridades, según lo establecido en los Artículos 19º y 21º de la Ley Orgánica de las Municipalidades, acorde al siguiente orden: a) Un (1) Presidente, b) Un (1) Vicepresidente Primero, c) Un (1) Vicepresidente Segundo, d) Vicepresidente Tercero, e) Un (1) Secretario. A los fines de la elección de quien ejercerá los mencionados cargos, se establece un sistema de paridad de géneros, debiendo completarse dichos cargos con distintos géneros. Tal exigencia de paridad de géneros no se aplicará a la elección del Secretario del Cuerpo.’

Castiglioni, a menos que se autopercibiera de otro género diferente al que se autopercibe Matilla, no podía ocupar la Vicepresidencia primera. Así que Marcela Budano pidió un nuevo cuarto intermedio para negociar, otra vez entre cuatro paredes y a espaldas de los vecinos, qué concejal de La 20 de Noviembre ocuparía el sitial. La paridad de género, ese logro que tanto costó conseguir, ahora les jugaba en contra a quienes pretendían acomodar las fichas a su antojo.

La elección recayó finalmente en Ana María Almirón, que será quien ocupe el primer reemplazo de Matilla, en tanto Lucas Castiglioni y Desirée Ayala completaron la Mesa Directiva.

El triunfo arrasador de la mayoría 🏆

Fue un triunfo arrasador. Pero no para quienes esperaban ganar. Para Matzkin y Somos Zárate, una derrota contundente y total. Sin disposición de negociar una conducción colegiada y obcecados en querer imponer a Walter Unrein aún en minoría, apelando a la práctica que tuvo Leandro Matilla cuatro años atrás cuando le arrebató a Juntos por el Cambio la Presidencia del Concejo Deliberante, fueron por todo… y se quedaron sin nada.

Y es que hay una cierta poesía en ver cómo la historia se repite. Matzkin, Unrein, Olivera y compañía tomaron de su propia medicina, veneno letal. Fuerza Patria le hizo sentir el rigor de la mayoría. Queda por ver, algo que muy por arriba desestimó Matilla en sus palabras tras asumir como Presidente del Cuerpo, si la mayoría será automática y obstructiva. Mal le irá si pretende transitar ese camino, porque gobernar con el piloto automático del ‘nosotros somos más’ es la receta perfecta para el desastre.

Esto refuerza la idea que rondaba en las filas oficialistas de ‘vaciar’ el Concejo Deliberante, quitando a los pocos concejales que les quedan con alguna noción de su deber, y dejarlo como un mero apéndice del Ejecutivo para cuestiones menores y formales. Un sello de goma con bancas. Queda por ver si Matilla asume el rol de partenaire del Ejecutivo como poco menos de cuatro años atrás lo hizo con Cáffaro, o decide dotar al Concejo Deliberante del poder que debe tener… y que hace rato no tiene.

Los casos curiosos: cuando mantener la palabra es noticia 🦄

Ahora bien, nada de esto hubiera sido posible sin el accionar de Alejandra Berni y Lautaro Fenestraz.

El caso de la concejal, que a nuestro juicio participó de una sesión que no podía participar por tener incompatibilidad horaria y que dada la denuncia presentada la Justicia determinará si fue correcto o no su proceder, era hasta cierto punto más previsible. Tiene sentido: dado su origen peronista y que el panperonismo había acordado ponerse detrás de la candidatura de Matilla, su voto era esperable. Lo raro hubiera sido lo contrario.

El caso de Fenestraz es más curioso. Mucho más. Sin pertenencia en el peronismo, y con posiciones en algunos casos antagónicas a Fuerza Patria y sus aliados, puso por delante la responsabilidad de hacer lo que se debe hacer por encima de lo que le ofrecían. Y vaya si le ofrecieron.

Tomamos conocimiento de febriles negociaciones en las que hubo todo tipo de ofertas para que se sumara tras la candidatura de Unrein y la de un edil peronista. Plata, cargos, promesas… el menú completo del mercado político zarateño. Y Fenestraz, aun sabiendo que sería muy criticado por su proceder, eligió no ceder al chantaje. Decidió mantener su palabra y no venderla al mejor postor.

Decidió ir por el bien mayor antes que por el mal menor, aún sabiendo que el oficialismo hará recaer sobre él toda la responsabilidad de lo ocurrido. Cuando lo ocurrido no es más ni menos que una consecuencia directa de las elecciones del pasado 7 de septiembre. Una consecuencia que no quieren aceptar porque implica reconocer que perdieron, que la gente votó distinto, que ya no son mayoría.

Dos años atrás había hecho lo mismo cuando había acompañado a Unrein tras haber ganado la elección de 2023. El problema es que como este tipo de conductas son sumamente minoritarias, las mayorías circunstanciales pretenden estigmatizarlas. Porque en Zárate, hacer lo correcto es casi un acto subversivo.

La altanería tiene estas cosas 📉

Y acá es donde hay que hacer la lectura de fondo. Lo ocurrido ayer no es más que la consecuencia de la altanería con la que procede el oficialismo local y una mala lectura de los resultados de septiembre y octubre pasado. Creyeron que podían hacer lo que quisieran, que las formas no importaban, que la voluntad popular era algo maleable que se podía interpretar a gusto y conveniencia.

Se equivocaron. Y feo.

Hay quienes rápidamente salieron a querer sacar provecho de lo ocurrido y afirmar que ‘tenemos mayoría’ en el Concejo. En nuestra opinión, sería un grosero error este planteo. Fenestraz lo dejó claro en declaraciones previas: la Presidencia le corresponde a la mayoría y no sería parte de alquimias que torcieran la voluntad popular.

Fenestraz prometió hacer lo que se debía e hizo lo que se debía. Es tan raro este tipo de accionar en la política que cuando un rara avis lo pone en práctica desentona, y la ciudadanía, en lugar de acompañarlo, lo cuestiona. Nosotros no seremos parte de ello. Porque si no acompañamos a quienes hacen las cosas bien, ¿qué derecho tenemos de quejarnos cuando todos hacen las cosas mal?

El privilegio del oportunismo sobre el honor ⚖️

Lo que quedó expuesto ayer, con toda su crudeza, es cómo se privilegia el oportunismo y el beneficio personal, pretendiendo moldear las normas a su antojo y conveniencia, por encima del honor y el hacer lo que se debe hacer más allá de que convenga o no personalmente.

Blanco eligió quedarse ilegalmente para garantizar la mayoría oficialista, aunque eso implicara patear la ética por la ventana. Rodríguez Schatz, Berni y Hergert hicieron lo propio desde sus particulares situaciones de irregularidad. Todas priorizaron el rédito partidario sobre la corrección institucional. Todas decidieron que las formas no importan cuando hay que sumar votos.

Y del otro lado, Unrein y compañía pretendieron forzar una mayoría que no tenían, usando las mismas artimañas que en su momento criticaron. La diferencia entre lo correcto y lo conveniente nunca fue tan clara. Y nunca fue tan evidente que la gran mayoría de la dirigencia política zarateña elige siempre, sistemáticamente, lo segundo.

Las segundas partes… ¿serán buenas esta vez? 🎬

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, y Matilla comenzará el 10 de diciembre su segundo período al frente del Concejo Deliberante de Zárate. Tiene por delante la difícil tarea de conducirlo para que vuelva a ser Honorable. No solo será tarea tuya, Leandro, pero sí será tu responsabilidad.

Dos años atrás dejó la vara muy baja. Y Unrein la bajó aún más. Entre los dos convirtieron al Concejo en un apéndice del Ejecutivo, opaco, oscuro, en una escribanía que levantaba la mano cuando el Intendente lo pedía. El tiempo demostrará si se aprendió la lección.

Si no lo hace, seguramente se lo harán saber… y pagará las consecuencias. Porque los zarateños estamos cansados de representantes que solo representan sus propios intereses, de legisladores que legislan para su bolsillo, de concejales que no tienen ni idea de lo que significa la palabra ‘honorable’.

La sesión de ayer fue apenas el primer capítulo de esta nueva temporada del circo político zarateño. Y si arrancó así, con irregularidades, un presidente que no estuvo a la altura, negociaciones a puertas cerradas, cuartos intermedios interminables y malabares legales, no queremos ni imaginar cómo va a terminar.

Pero bueno, al menos nos queda el consuelo de saber que en Zárate, la política nunca defrauda. Siempre, siempre, está a la altura de las peores expectativas… salvo honrosas excepciones. 🎪