El escaramujo no calla
Como dijimos hace ya bastante tiempo atrás, ‘Con frecuencia nos volvemos a ver obligados a citar al Escaramujo de Silvio Rodríguez porque como el poeta, vivimos de preguntar y estamos convencidos que saber no puede ser lujo, y la realidad tan falta de respuestas hace que uno pregunte y pregunte’.
Así que una vez más volvemos a escaramujear. Porque los que deben dar explicaciones no las dan, porque quienes las deben exigir no las exigen, porque quienes las podrían pedir no las piden. Todos forman parte de una matriz de silencio, de comodidad, que procura que la ciudadanía no se informe de lo que realmente ocurre e importa.
Hay quienes creen que la ciudadanía no debe saber. Sin embargo, coincidimos con Rodríguez que ‘si saber no es un derecho entonces será un izquierdo’, así que allá vamos. Con preguntas. Muchas preguntas. Las mismas que deberían estar haciéndose en el Concejo Deliberante, en los medios locales, en cada mesa de café de Zárate. Pero como nadie pregunta, preguntamos nosotros.
Las preguntas incómodas que nadie quiere responder 🤐
¿Es cierto que el pasado lunes en la noche hubo un procedimiento en el Barrio Cementerio donde estuvieron involucradas fuerzas del COZ, la Policía de la Provincia de Buenos Aires y la Prefectura Naval Argentina? ¿Un operativo conjunto de tres fuerzas para detener a un vecino? ¿Qué nivel de amenaza representaba este ciudadano para semejante despliegue?
¿Es cierto que en dicho procedimiento se detuvo a un vecino?
¿Es cierto que los familiares y vecinos le decían a los uniformados que el detenido no era quien estaba acusado de haber delinquido? ¿Nadie pensó en verificar la identidad antes de proceder? ¿O es que en el Barrio Cementerio todos son sospechosos hasta que se demuestre lo contrario?
¿Es cierto que hubo forcejeos con los familiares, lo que provocó que, según trascendió, una empleada del COZ golpeó a la madre del detenido? Una madre defendiendo a su hijo. Golpeada por una agente municipal. ¿Esto es lo que entendemos por ‘seguridad ciudadana’? ¿Golpear madres forma parte del protocolo del COZ?
¿Es cierto que el detenido forcejeó con quienes pretendían detenerlo? Porque resulta que cuando te detienen injustamente, cuando te confunden con otra persona, cuando te sacan de tu casa a la fuerza, la reacción humana es resistirse. No es un delito, es supervivencia.
¿Es cierto que el vecino fue golpeado mientras estuvo detenido? ¿Cuántos golpes? ¿Dónde? ¿Quién los propinó? ¿Alguien va a responder por esto o vamos a naturalizar la violencia institucional como si fuera parte del paisaje zarateño?
¿Es cierto que producto de los golpes sufrió convulsiones? Convulsiones. Dejemos que esa palabra resuene un momento. Un ser humano, un vecino de Zárate, convulsionando por los golpes recibidos mientras estaba bajo custodia del Estado. ¿Esto es seguridad o es venganza? ¿Esto es justicia o es sadismo institucionalizado?
¿Es cierto que el detenido no declaró por los delitos de los que se lo acusaba y que fue liberado al día siguiente? Liberado. Todo este operativo, toda esta violencia, todos estos golpes, una madre agredida, un hombre convulsionando… para nada. Error de identidad. ‘Disculpe la molestia, vecino. Ah, y disculpe también las convulsiones’.
Donde la Justicia debe actuar (pero ¿actuará de verdad?) ⚖️
La Justicia deberá investigar y accionar respecto al proceder del vecino detenido, pero además debe investigar lo realizado en el procedimiento para su detención. Porque acá no se trata solo de si el vecino hizo o no hizo algo. Se trata de cómo actuaron las fuerzas de seguridad. Se trata de si podemos vivir en un distrito donde te pueden confundir, golpear hasta hacerte convulsionar y después mandarte a tu casa con un ‘ups, nos equivocamos’.
Según se denunció, hubo abuso de autoridad y violencia institucional en el procedimiento. Y es necesario plantar cara frente a ese accionar. Pero plantar cara de verdad, no con declaraciones tibias y conferencias de prensa vacías. Plantar cara con investigaciones serias, con sanciones ejemplares, con cambios estructurales.
El deber de todos (que cumple casi nadie) 💪
Todos debemos hacerlo, no solo quienes están directamente involucrados sino todos quienes creemos que este accionar es una deuda que la democracia tiene con los argentinos. Porque la democracia no es solo votar cada dos años. La democracia es que no te peguen por error. La democracia es que si te pegan, haya consecuencias. La democracia es que el poder tenga límites, controles, responsabilidades.
Nosotros plantamos cara ante el poder.
Los que deben dar la cara y se esconden detrás del escritorio 👔
Deben dar la cara los responsables policiales, el responsable de Comando local y su jefe. ¿Dónde está? ¿Qué tiene para decir sobre este ‘operativo’? ¿Va a justificar los golpes? ¿Va a decir que ‘cumplían órdenes’? ¿O va a hacer lo que corresponde y sancionar a quienes se excedieron y corregir a futuro?
Deben dar la cara los responsables del COZ, el Secretario de Protección Ciudadana y el Intendente Municipal. Ah, claro, Matzkin. El intendente invisible. El gerente que confundió el municipio con una empresa privada. El que vive en las sombras y gobierna por WhatsApp. ¿Va a salir a explicar cómo es que sus empleados son parte de estos accionares? ¿O va a seguir escondido esperando que pase el temporal? ¿Y el Secretario Iglesias? De paseo por Colombia.
Y hacerlo de frente a los vecinos, no a escondidas y con agachadas como ocurriera en el caso de Miguel Zuloaga. Porque ya conocemos el libreto: silencio mediático, operadores trabajando para minimizar, ninguna conferencia de prensa, ninguna explicación pública. El manual del encubrimiento que en Zárate se aplica con precisión quirúrgica.
El Concejo Deliberante: la comparsa que aplaude en silencio 🎭
El Concejo Deliberante no puede seguir mirando para el costado, debe hacerse cargo de su responsabilidad y actuar. Pero actuará? Spoiler alert: no. Porque en Zárate el Concejo Deliberante dejó de ser un órgano de control para convertirse en una oficina de sellos de goma. Aprueban lo que el intendente manda, callan lo que el intendente necesita que se calle, y cobran el sueldo sin chistar.
¿Alguien va a pedir explicaciones? ¿Alguien va a convocar a los responsables del COZ? ¿Alguien va a exigir que se investigue la violencia institucional? O todos van a seguir sentados en sus bancas, mirando el techo, esperando que llegue la hora de irse a casa?
La justicia de clase que nadie admite pero todos conocen 💰
Hagamos las preguntas que incomodan, esas que exponen la hipocresía del sistema:
¿Este accionar hubiera sido el mismo si en lugar de vivir donde vivía el vecino lo hacía en el Barrio de Fox (dixit municipal)? Imagínenselo. Un operativo conjunto del COZ, la Bonaerense y Prefectura en Villa Fox. Golpeando a un vecino hasta hacerlo convulsionar. ¿Se lo imaginan? No, claro que no. Porque en Villa Fox no se opera así. En Villa Fox se toca el timbre con educación. En Villa Fox se pide permiso. En Villa Fox se verifican las identidades antes de actuar.
¿Y si hubiera vivido en Estancia Smithfield? Ahí ya ni siquiera llega el COZ. Ahí tienen seguridad privada, cámaras, guardias. Ahí el Estado sabe exactamente dónde termina su jurisdicción y empieza el territorio de los que pueden pagarse su propia protección.
¿Cuánto hay de ensañamiento y alevosía por las condiciones socioeconómicas del involucrado? Todo. Hay todo. Porque la ley no es pareja para todos, y es más desigual para quienes menos tienen. El que vive en el Barrio Cementerio es sospechoso por default. El que vive en Villa Fox es ‘un vecino’. El que vive en Smithfield es intocable.
Esta no es una especulación, es la realidad descarnada del sistema. La violencia institucional tiene código postal. Y ese código postal dice: cuanto más pobre sos, más probable es que te caguen a palos ‘por error’. Cuanto menos tenés, menos valen tus derechos. Cuanto más vulnerable sos, más impune es el abuso.
El control que no existe y los protocolos que nadie respeta 📋
Hablemos claro: ¿dónde está el control institucional sobre el accionar de los agentes del COZ? Porque según parece, pueden salir a operar con la Policía y Prefectura, pueden confundir personas, pueden golpear familiares, pueden generar convulsiones en detenidos… ¿y después qué? ¿Quién supervisa? ¿Quién audita? ¿Quién sanciona?
El COZ no es una fuerza de seguridad, son empleados municipales. Su función es prevención, no represión. Su tarea es informar, no golpear. Pero en algún momento, en algún despacho municipal, alguien decidió que podían hacer de policía. Y así estamos: con agentes municipales participando en operativos que terminan con vecinos convulsionando.
¿Existen protocolos de actuación? Aparentemente no, o si existen, nadie los cumple. Porque si hubiera protocolos serios, alguien habría verificado la identidad del sospechoso antes de proceder. Si hubiera protocolos serios, alguien habría impedido que se golpee a una madre. Si hubiera protocolos serios, alguien habría detenido la violencia antes de que el detenido convulsionara.
Pero no hay protocolos. O peor aún: hay protocolos que autorizan la violencia. Hay directivas que legitiman el abuso. Hay un sistema que mira para otro lado mientras sus agentes se exceden, porque el exceso forma parte del método de intimidación.
Los derechos que se proclaman y se violan 🔴
Aclaremos algo fundamental, porque en medio de este circo de violencia institucional, hay algo que no puede quedar en segundo plano: más allá de la responsabilidad o no del detenido, algo que deberá resolver la justicia, es fundamental garantizar los derechos de todos los ciudadanos.
Todos. No solo los que viven en los barrios lindos. No solo los que tienen apellidos conocidos. No solo los que pueden contratar abogados caros. TODOS. Porque los derechos humanos no son un privilegio de clase, son universales. O son para todos o no son derechos, son favores que el poder concede a voluntad.
Y acá hubo una violación flagrante de esos derechos. Hubo violencia institucional. Hubo abuso de autoridad. Hubo ensañamiento. Hubo un Estado que golpeó a un ciudadano hasta hacerlo convulsionar. Y eso, sin importar lo que haya hecho o dejado de hacer ese ciudadano, es inadmisible en democracia.
La historia que debe cambiar (pero que se repite) 🔄
Esto tiene que cambiar, pero para ello tenemos que involucrarnos todos. Todos. Porque si seguimos mirando para otro lado, si seguimos aceptando que ‘así son las cosas’, si seguimos normalizando la violencia institucional como parte del paisaje, entonces somos cómplices.
Cómplices de un sistema que permite que un vecino sea golpeado hasta convulsionar ‘por error’. Cómplices de una estructura que golpea madres que defienden a sus hijos. Cómplices de una gestión municipal que opera en las sombras y nunca da explicaciones.
El cambio no vendrá solo. No vendrá del intendente invisible. No vendrá del Concejo Deliberante mudo. No vendrá de las fuerzas que se excedieron sin consecuencias. El cambio vendrá de abajo o no vendrá. Vendrá de los vecinos que digan basta. Vendrá de una ciudadanía que despierte y exija rendición de cuentas. Vendrá de todos nosotros o no vendrá.
Mientras tanto, seguiremos preguntando. Seguiremos escaramujeando. Seguiremos plantando cara ante el poder. Porque alguien tiene que hacerlo. Y si los que deberían preguntar callan, entonces preguntaremos nosotros.
Hasta que se escuche. Hasta que respondan. Hasta que cambien las cosas.
O hasta que el peso de sus propias contradicciones los termine llevando puestos. 💥
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS
1 comentario
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