El pacto entre Marcelo Matzkin y Osvaldo Cáffaro: una alianza con historia

Unas elecciones que marcaron un precedente

La elección general del 22 de octubre de 2017 tuvo muchas particularidades que, vistas con la perspectiva del tiempo transcurrido, adquieren un valor más significativo del que se les dio en su momento. Fueron comicios en los que Nuevo Zárate, el partido político encabezado por el entonces intendente Osvaldo Cáffaro, compitió ‘solo’, aunque ligado a la boleta de Unidad Ciudadana. Paradójicamente, terminó enfrentándose a su propia lista dentro de la misma estructura partidaria.

Lo que hoy podría considerarse una estrategia arriesgada, en aquel entonces era un modus operandi habitual dentro del peronismo: permitir que distintas listas, aunque enfrentadas a nivel local, contribuyeran a un mismo candidato en niveles superiores. De este modo, se maximizaban los votos para los espacios de poder más amplios, aunque se produjeran choques en lo territorial.

Un ejemplo claro de esta dinámica fue el caso de Mariano Pinedo, candidato a Diputado Provincial por Unidad Ciudadana, y Patricia Moyano, quien en Zárate competía contra el propio peronismo. La estrategia permitió que, pese a la división, el caffarismo lograra más concejales que Cambiemos, a pesar de que esta última fuerza había ganado las elecciones.

La llegada de Marcelo Matzkin al Concejo Deliberante

El resultado electoral permitió el acceso al Concejo Deliberante de figuras clave de la oposición, como Marcelo Matzkin, quien ocupaba el tercer lugar en la lista de Cambiemos. En ese entonces, el armado del PRO y la UCR estableció un esquema de cupos: los hombres del PRO en los primeros lugares (Guelvenzú y Matzkin) y las mujeres de la UCR en los siguientes (Gallea y Guehenneuf). Entre los electos también se encontraba Mauro Tulia, quien encabezaba la lista del entonces oficialismo local.

Durante la campaña, el caffarismo había apostado fuerte por Tulia con el hashtag #NuestroCandidato, presentándolo como la figura clave de su espacio. Sin embargo, su paso por el Concejo fue efímero: apenas cuatro meses después de asumir, pidió licencia y nunca volvió a ocupar su banca. En su lugar asumió Vanesa Palermo, referente de SMATA, quien había negociado su posición gracias al apoyo sindical brindado al entonces intendente.

Un juego de sillas en la política zarateña

El caso de Tulia es emblemático. A lo largo de más de 25 años, ocupó una extensa lista de cargos dentro de la Municipalidad de Zárate:

• Director de Asuntos Legales en lo Contencioso
• Director de Gobierno
• Subsecretario de Gobierno
• Subsecretario de Control Técnico Administrativo
• Asesor Letrado
• Subsecretario Legal y Técnico
• Concejal electo (cargo que nunca ejerció)

A pesar de su elección en 2017, nunca participó en una sesión ordinaria del Concejo. En cambio, se mantuvo vinculado al Ejecutivo municipal como asesor del intendente Cáffaro, cobrando un sueldo sin desempeñar funciones legislativas.

Ahora, con la salida de Axel Cantlon, Tulia vuelve a aparecer en la vidriera del poder, esta vez como Subsecretario de Asuntos Legales de la Municipalidad de Zárate. Su ascenso genera interrogantes: ¿Puede esperarse un cambio positivo en la gestión si continúan en funciones quienes fueron responsables de los errores y negligencias en el pasado?

Errores, irregularidades y falta de transparencia

En la gestión de Cantlon, de la que el propio Tulia fue parte esencial se acumularon errores administrativos y graves irregularidades, entre ellas:

• BOMs con erratas (Boletines Oficiales Municipales mal redactados)
• Decretos duplicados
• Nombramientos en puestos inexistentes
• Cobertura formal de irregularidades recurrentes

Durante la campaña de 2017, Tulia afirmó con orgullo: ‘Tengo mucho ejercicio en la redacción de normas, tuve la responsabilidad de escribir y aportar las normativas elaboradas desde la gestión de Osvaldo Cáffaro.’ Sin embargo, su paso por la administración de Marcelo Matzkin no se tradujo en mejoras normativas, ni siquiera en una mejor técnica legislativa.

Si fue malo su paso durante la gestión de Cantlon, ¿por qué pensar que será buena sin él?

El pacto entre Matzkin y Cáffaro: una alianza conveniente

La explicación oficial de su nombramiento se basa en su supuesta ‘capacidad técnica’, pero los hechos de los últimos 14 meses desmienten esa justificación. Si tuvo poder de decisión en el área legal, su gestión fue ineficaz. Si no lo tuvo, entonces fue cómplice por omisión.

En realidad, su regreso responde a un pacto político entre Matzkin y Cáffaro. Un pacto que se ha renovado varias veces:

1. Para impedir que Agustina Propato llegara a la intendencia
2. Para evitar que se investigue la gestión de Cáffaro
3. Para garantizar espacios de poder a funcionarios caffaristas dentro del nuevo gobierno
4. Para consolidar una estructura que trascienda gestiones individuales

Aunque lo que se observa en la superficie es solo una parte del entramado. Como en un iceberg, lo más importante permanece oculto. La parte más importante de los negocios que comparten son los que no se exhiben.

Un pacto que nunca incluye a los vecinos

Mientras las negociaciones políticas aseguran espacios de poder para unos pocos, los vecinos de Zárate siguen al margen de las decisiones que los afectan. Las alianzas entre dirigentes parecen responder más a conveniencias personales que a proyectos de gobierno. La falta de transparencia en las designaciones y la perpetuación de estructuras clientelares solo refuerzan la desconfianza ciudadana. Como dice la canción de Bersuit Vergarabat: ‘El poder siempre manda’.