La pista de cuarto de milla, un proyecto endeble desde el inicio
Días atrás, una nota periodística reveló que la inversión prevista para Lima, que en su momento motivó una controversial convocatoria a Audiencia Pública, finalmente no se llevará a cabo en los términos originalmente pautados. Ésto, aunque decepcionante para algunos, era hasta cierto punto previsible por lo endeble del material presentado como proyecto. La falta de un plan robusto dejó a la vista una improvisación que tarde o temprano saldría a la luz.
Como expusimos tiempo atrás, la convocatoria misma estaba plagada de errores. Se priorizó cuidar las formas por sobre el fondo, dificultando un debate serio y sustancial sobre la instalación de la pista. Las herramientas para discutir el proyecto eran insuficientes, y esto quedó en evidencia cuando el Ejecutivo publicó información que hasta entonces había permanecido oculta. Este comportamiento generó una sensación de desconfianza entre los vecinos, quienes esperaban mayor claridad y compromiso por parte de las autoridades.
La Audiencia Pública: un formalismo vacío
La Audiencia Pública se realizó, pero sus resultados y desarrollo no fueron transparentes. No se publicaron actas, y aunque el oficialismo celebró un supuesto aval mayoritario de los vecinos, los detalles quedaron en el aire. Posteriormente, se confirmó que la pista no se instalará en el lugar previsto y que el proyecto, tal como se había promocionado, no avanzará. Sin embargo, seguimos sin respuestas claves: ¿Cuál es el origen de los fondos? ¿Quiénes son los inversores? ¿Por qué las autoridades han guardado silencio?
Este silencio, combinado con la falta de información clara, deja a los zarateños en una posición de incertidumbre. Los vecinos, quienes participaron en la Audiencia con la esperanza de influir en el futuro de su comunidad, se encuentran ahora con más preguntas que respuestas.
Una puesta en escena que fracasó
La falta de solidez del proyecto dejaba poco margen para su concreción. Federico Keller, la cara visible de la iniciativa, anunció que desistía del proyecto mediante una nota enviada al Intendente Matzkin y al Presidente del Concejo Deliberante, Walter Unrein. Sin embargo, las autoridades no informaron a los ciudadanos ni hicieron públicos los textos. Este gesto refuerza la impresión de una puesta en escena destinada a desvanecerse rápidamente.
En la nota enviada, Keller citó ‘razones externas’ para justificar su decisión. Sin embargo, no se especificó cuáles eran estas razones ni por qué el proyecto no había logrado superar las críticas iniciales. Esto evidencia una falta de profesionalismo y compromiso, tanto por parte de los promotores como de las autoridades locales.
El impacto de esta noticia se extiende más allá de la inversión fallida. Representa un símbolo de cómo se manejan los asuntos de interés público en Zárate: con opacidad y desdén por la participación ciudadana.
Los problemas reales de Zárate son ignorados
Mientras tanto, los temas que realmente importan a los zarateños siguen sin ser abordados:
- Crisis hídrica: Los graves problemas de agua en el Partido de Zárate no reciben la atención necesaria. Muchos barrios enfrentan cortes constantes y agua de dudosa calidad, lo que afecta tanto la salud como la calidad de vida de los ciudadanos. Esto se suma a la falta de planes de contingencia o soluciones sostenibles para garantizar el suministro.
- Inseguridad: Los hechos de violencia e inseguridad son cada vez más frecuentes. Los vecinos denuncian robos, asaltos y la falta de una estrategia clara por parte de las fuerzas de seguridad. La sensación de abandono crece día a día, mientras las autoridades parecen más preocupadas por recaudar que por proteger.
- Violencia machista: Los casos de violencia de género aumentan, sin respuestas claras por parte de las autoridades. Las organizaciones locales han pedido más recursos y atención, pero hasta ahora no se ha logrado un cambio significativo. La falta de refugios, apoyo psicológico y programas educativos refuerzan un ciclo de violencia que afecta a cientos de familias.
Cada uno de estos problemas afecta directamente la vida diaria de los zarateños y demanda una respuesta urgente. Sin embargo, el gobierno local parece haber optado por desviar la atención hacia cuestiones menos prioritarias, dejando a la comunidad en un estado de frustración e impotencia.
¿Dónde están las autoridades?
En el pasado, cuando buscaban diferenciarse de la gestión caffarista porque estaban en campaña, los funcionarios del actual gobierno local impulsaban acciones y pedían sesiones especiales por estas problemáticas. Hoy, con las herramientas en la mano para poder actuar, estas iniciativas parecen haber quedado en el olvido. Ya no hay sesiones especiales por la falta de agua ni por la inseguridad.
Incluso el Concejo Deliberante, que debería ser el órgano encargado de velar por los intereses de la comunidad, parece haber adoptado una actitud pasiva. Esto deja a los ciudadanos sin una representación efectiva y sin una vía clara para expresar sus demandas.
Una gestión desconectada de la realidad
Las autoridades parecen estar en una especie de ‘vacaciones permanentes’, mientras los zarateños enfrentan las consecuencias de su inacción.
Salvo para recaudar y hacer negocios, el gobierno local ha dejado de lado sus responsabilidades, mostrando una preocupante desconexión con las necesidades de la comunidad.
El impacto de esta falta de gestión se siente en todos los ámbitos: desde la infraestructura básica hasta la seguridad y el bienestar social. La ausencia de políticas públicas efectivas también se refleja en otros aspectos, como el estado de las calles y su limpieza, la falta de espacios públicos seguros y la nula inversión en educación y cultura.
Cada día que pasa sin acción concreta es un día perdido para mejorar la calidad de vida de los zarateños. Además, el sentimiento de desamparo por parte de las autoridades alimenta un creciente descontento social que podría derivar en movilizaciones masivas si no se toman medidas urgentes.
Reflexiones finales
Este episodio evidencia una gestión que prioriza el maquillaje político sobre las soluciones reales. Los ciudadanos merecen transparencia, compromiso y acción frente a los problemas que afectan su vida diaria. Es imperativo que las autoridades locales recuperen la confianza de los vecinos, demostrando que están dispuestas a trabajar por el bienestar de todos.
La comunidad zarateña no puede permitirse más promesas vacías ni proyectos improvisados. Es hora de exigir responsabilidad y de trabajar juntos para construir un futuro mejor.
Los zarateños merecen un gobierno presente, que priorice sus necesidades y actúe con transparencia y compromiso. Este es el momento de reclamar por los derechos fundamentales que garantizan una vida digna y de recordar a las autoridades que su principal deber es servir a la comunidad.
La historia juzgará cómo se enfrentaron estos desafíos, y queda en manos del pueblo exigir el cambio necesario.
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS
1 comentario
Pingback: ¿Una segunda oportunidad? – Príncipe del Manicomio