Desde principios de semana los diferentes responsables de las áreas del Municipio han enviado a sus equipos la siguiente nota:
Quizás sea por el tamaño del Estado municipal, o tal vez por la escasa relación entre los funcionarios y los empleados a su cargo, pero la comunicación se realizó, de manera impersonal, a través de envíos por mensajería telefónica.
Y tiempo después reforzada la comunicación por la misma vía.
Se trata del ‘Procedimiento Control de Licencias Médicas’ que deben seguir ante un problema médico que le impida ir a trabajar. Lo estipuló, desde la Subsecretaría de Recursos Humanos, Juan Cruz Luna, el mismo que falsificó un decreto con la complicidad del Intendente Municipal Marcelo Matzkin y el Secretario de Protección Ciudadana Juan Manuel Iglesias.
De su lectura surge una duda central, ¿por qué el Municipio delega en terceros algo que está en condiciones de realizar con su propio personal? ¿A qué costo lo hace? ¿En beneficio de quién?
Imaginemos un caso concreto, un empleado municipal que siente una dolencia y se acerca al Hospital Intermedio Municipal Dr. René Favaloro para realizar una consulta. Allí lo atiende un empleado municipal, seguramente monotributista como muchos, quien le diagnostica una gripe y, en consecuencia, dos días de reposo. Tras este diagnóstico el empleado debe ‘Acudir al Servicio de Medicina Ocupacional con DNI y toda la documentación respaldatoria para la justificación de la licencia y validar el certificado.’, servicio que presta un privado, IDT Salud Ocupacional.
Ahora bien, si el Municipio destina fondos para brindar atención médica a los vecinos, ¿por qué el propio Municipio no reconoce como válido el diagnóstico y tratamiento sugerido por los profesionales municipales? Si el propio Gobierno municipal no confía en sus profesionales, ¿por qué deberían confiar los vecinos?
¿Por qué no tomar por válidos los certificados originales del Hospital Intermedio Dr. René Favaloro? ¿Por qué no convertir al Hospital Municipal en el ámbito de validación de los certificados de terceros?
Si el Municipio cuenta con la infraestructura necesaria, aunque no con un departamento de Medicina Laboral, ¿por qué no desarrollar este nuevo departamento en lugar de pagar para que lo haga un privado? ¿Cuánto le cuesta esto a los vecinos? ¿Quién tomó la decisión? ¿Cuál fue el instrumento legal para hacerlo?
Todo hace pensar que se trata de un muy buen negocio o el Hospital Intermedio Favaloro es un bluf que solo sirve para justificar unos cuantos conchabos.
Seguramente los concejales locales ya están pidiéndole explicaciones a Juan Cruz Luna (en realidad en este caso más que pedirle explicaciones deberían denunciarlo ante la justicia), a su Jefe, Ignacio Suárez Ogallar y al responsable de la Secretaría de Salud Ricardo Iglesias, quien podría aprovechar y explicar por qué no funciona la morgue del Hospital Municipal y alojan fallecidos en los consultorios.
Seguramente los gremios que agrupan al personal municipal ya alzaron la voz en beneficio de sus asociados para defender el rol del Estado local.
Dicen que cuando se quiere se puede y este es un ejemplo, el tema es saber que se quiere, si se quiere buscar respuestas efectivas a bajo costo para los vecinos o si se buscan garantizar negocios para terceros a costas de los vecinos.
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información’.
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS
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