Regalan fútbol, cerveza y un poco de baile también
Pá que te olviden de que no se están portando bien
Cuando iba quedando más o menos claro que a mi abuelo ‘no le quedaba mucho hilo en el carretel’, le pedí que me regalara algunas cosas materiales suyas porque las quería recibir de él y no después de su muerte en herencia. Generosamente me las dio, pero me regaló además un mensaje que tiene mucho más valor que cualquier otro regalo. Me dijo mi abuelo ‘Mirá Eduardito, cuando yo me muera no te voy a dejar nada material, pero te voy a dejar un apellido para que puedas caminar por la calle con la frente alta. Te podrán decir que estuvieron de acuerdo o no con lo que hice, pero nunca te van a decir que cagué a alguien o que fui un hijo de puta’.
Desde antes, pero desde entonces mucho más, esta idea es un norte en mi vida.
Por eso hoy quiero responderle a Diego Castro quien en una columna en Enlace Crítico me aludió, aunque sin el valor como para nombrarme.
Yo, Diego Castro, tengo el valor del que usted carece.
Afirma Castro (¿O escribe Daniel Rougier y Obdulio sólo pone el nombre?) ‘Usted quizás desconozca que en el HCD se aprobó una resolución que insta a reflexionar acerca de qué tan lejos se puede llegar con el agravio y la mentira a través de las redes, tal el caso del libelo digital que intentó asociar a Osvaldo Cáffaro con actitudes antidemocráticas dirigido por un militante radical cuya familia le alquilaba un departamento a Sandra Paris cuando se le ocurrió desembarcar en Zárate’. Demasiadas imprecisiones para pretender instalar una mentira.
Me voy a limitar a responder este párrafo porque del resto de la nota, si tienen ganas y la entienden porque es de compleja lectura, se encargarán el resto de los aludidos.
En primer lugar Castro miente porque el Concejo Deliberante no aprobó NADA. Solo le dio ingreso a un proyecto presentado por Tania Caputo en el que ‘El HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE DEL PARTIDO DE ZARATE expresa su preocupación por las manifestaciones públicas del Sr Rivas Eduardo.’ No se aprobó NADA. Pasó a Comisión, de una manera por demás curiosa, de la que Castro interesadamente no opina, de la que ya hemos dado cuenta. No insta a nada porque no puede hacerlo. No menciona que haya sido un agravio porque Caputo sabe que no podía mentir tanto porque no hay agravio alguno en el texto aludido.
En segundo lugar no se intentó asociar a Cáffaro en ninguna actitud antidemocrática. Lo conozco hace tiempo a Castro y sé de sus limitadas capacidades de lecto-comprensión por lo que entiendo su confusión, pero miente en su afirmación. Lo que dijimos, y reafirmamos, es que el Intendente Osvaldo Cáffaro, al igual que hicieran oportunamente Adolf Hitler y Jorge Rafael Videla entre otros, pretende hacer una utilización política de un hecho deportivo.
En tercer lugar, desconozco cuál es su definición de militancia, en mi opinión creo que todos militamos políticamente a diario en cada acción de nuestras vidas, pero eso no implica que dicha militancia sea partidaria. Sí soy radical desde la cuna, lo he dejado por escrito en una columna de hace tiempo, pero no soy un militante radical. Hace más de una década que no estoy afiliado a ningún partido político por lo que también miente con esa afirmación.
En cuarto lugar mi familia no le alquilaba un departamento a Sandra Paris. Era mi abuela, que por entonces tenía 87 años y no vivía allí. Lamentablemente ella no podrá defenderse de semejante mentira, pero en su memoria es mi deber hacerlo. Miente Castro una vez más. Debería aprender de aquel concejo que le diera su padre a Pau Donés, ‘si no sabes de algo, lo mejor es callarte’.
En quinto lugar, Sandra París no desembarcó en Zárate, Sandra París es afiliada al radicalismo y desarrolló toda su actividad política en Zárate y la Segunda Sección Electoral a la que pertenece Zárate. Castro miente a sabiendas porque cuando necesitó trabajó con Paris en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, cuando se conchabó como vocero del entonces Diputado Provincial por la Unión Cívica Radical Ricardo Ferreyra… aunque reniegue u oculte su pasado.
No lo olvide Castro, usted es un mercenario.
En lo que sí dice la verdad Castro es en lo de libelo.
Un libelo es un ‘Escrito en que se calumnia o denigra ideas.’ Si bien no dirigimos un libelo porque es apenas un blog personal, es cierto que es lo que pretendemos hacer.
Queremos calumniar la mentira como forma de hacer política.
Queremos calumniar el latrocinio como forma de gobierno.
Queremos calumniar las relaciones públicas enmascaradas de periodismo.
Queremos calumniar el engaño a los vecinos como forma de garantizar negocios.
Esas ideas queremos calumniar. La mentira, el latrocinio, el engaño. Y si calumniarlas desde un escrito convierte a este en un libelo, nuestro blog será un libelo. Un libelo con firma y documentos sobre la mesa, no conjeturas por interés económico.
¿Pero sabe qué, Castro? Como tengo hijos mi objetivo es pasar la posta que me pasara mi abuelo, y en mi accionar tengo la conciencia tranquila que puedo caminar por la calle con la frente en alto. Que podrán decir que están de acuerdo o no con lo que hago, pero nunca me van a decir que cagué a alguien o que fui un hijo de puta. No sé si Ud. puede decir lo mismo.
Al fin de cuentas, entre usted y yo hay algo personal, Castro, porque como cantaran Joan Manuel Serrat y René Pérez Joglar…
Generalmente no se llevan bien con los pensadores
Son como los toros, no ven todos los colores
Llegaron a salvarnos en estos tiempos trágicos
Juntos con sus promesas llenas de realismo mágico
Y con su lenguaje de mentiras infinitas
Convencen hasta las flores de que no son bonitas
Te confunden aunque tengas claridad mental
Son de los tipos que le venden hielo a un esquimal
Hacen trampa con los votos en la escuela electoral
Con estos tipos yo también tengo algo personal
Sí, entre Diego Castro y yo hay algo personal, yo tengo valores, Castro tiene precio… aunque cada vez más devaluado.
PD: Esta columna debió haberse publicado en Enlace Crítico, que fue donde salió publicada la mentira firmada por Castro, pero el medio me negó el derecho a réplica que se encuentra reconocido en el artículo 14.1. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (incorporada a nuestra Constitución y también conocida como ‘Pacto de San José de Costa Rica’). Ese artículo constitucional dice: ‘Toda persona afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al público en general, tiene derecho a efectuar por el mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en las condiciones que establezca la ley.’ Y en Argentina tiene jerarquía constitucional.
A no todos les interesa cumplir la ley.
Hace más de un año escribí este artículo que nunca fue publicado.
El pasado lunes, después de la dura derrota de Osvaldo Cáffaro en la interna de Unión por la Patria Castro anunció que dejaría de tener su programa en FM Munizipium, quizás creyendo que quien ocupe la Intendencia a partir del 10 de diciembre actúe con el mismo sectarismo que él avaló y promovió desde los micrófonos de la radio municipal.
Como se está yendo, y ya ni siquiera escribe columnas propagandísticas del régimen, al estilo del accionar de Paul Joseph Goebbels, aunque sigue cobrando como proveedor municipal (a propósito, ¿qué le provee a los vecinos zarateños?) , no quería que se fuera sin una respuesta a sus mentiras lanzadas al aire.
Ahora sí, buena suerte y hasta luego, Obdulio Diego Castro (tal como figura en la lista de proveedores municipales) y como dijera alguna vez Raúl Alfonsín…que le garúe finito.
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS