En un sistema que privilegia el accionar de los Poderes Ejecutivos en detrimento de los restantes poderes, olvidamos la existencia de la división de poderes que nos enseñaron en el colegio secundario y la corresponsabilidad de todos ellos, en diferentes grados, en la marcha del gobierno del Estado.
Teniendo en cuenta esto no tenemos que olvidar que el próximo 27 de octubre no solo se elegirán jefes de gobierno sino también legisladores en los niveles nacional, provincial y municipal. En el caso de Zárate, se elegirán diez concejales que reemplazarán a Ariel Ríos, Edgardo Avigliano, Carina Zarzycki y Rodrigo García Otero (que no había logrado ingresar por cantidad de votos, pero lo hizo cuando Patricia Moyano asumió como Diputada Provincial), del Bloque de Nuevo Zárate, Walter Unrein y Ángel Lavié, del bloque de Cambiemos, Micaela Morán y Silvio Zúrzolo del bloque del Frente Renovador, Marcelo Vaccaiani, del interbloque del PJ – Unidad Ciudadana y Lucas Castiglioni del Interbloque de Unidad Ciudadana.
Si bien no podemos trazar un paralelismo entre las elecciones PASO desarrolladas el pasado 11 de agosto y los próximos comicios, sí podemos hacer un ejercicio para saber qué ocurriría en caso de repetirse resultados en proporciones similares.
Vale la pena recordar que en la República Argentina se utiliza el sistema D’Hont de reparto en cargos legislativos.
En agosto hubo 69.256 votos positivos, y considerando que se eligen diez concejales, el cociente electoral es 6.925,6. ¿En qué consiste el cociente electoral? Se trata de dividir la cantidad total de votos positivos emitidos por la cantidad total de cargos titulares a elegir, obteniendo un cociente que determina la cantidad mínima de votos necesarias que requiere una fuerza política para obtener un cargo deliberativo, por ejemplo, un concejal.
¿Cómo se reparte el número de representantes? Una vez hallado el cociente electoral, se dividen los votos obtenidos por las fuerzas políticas participantes por ese cociente, lo que determina la cantidad de bancas que obtiene cada fuerza política. A continuación se ordenan las fuerzas políticas según el dividendo obtenido de mayor a menor. Se otorga a cada fuerza política tantas bancas como indique el número entero del dividendo, es decir, si para una fuerza su dividendo es 1,7, le corresponde una banca y le queda un resto de 0,7. Una vez otorgadas las bancas de acuerdo a los enteros obtenidos se sigue otorgando las bancas restantes a cubrir de acuerdo a mayor resto y sucesivamente. Luego de este ordenamiento, pueden quedar fuerzas políticas que no obtienen bancas por su resto e incluso pueden quedar bancas sin otorgar, tal como ocurriera en las elecciones generales en Zárate de 2001 y 2003, y en ese caso las bancas restantes no otorgadas se adjudican automáticamente a la fuerza ganadora.
Hecha esta introducción pasamos al caso que estamos analizando. De acuerdo a los resultados obtenidos los dividendos de las fuerzas políticas sería el siguiente:
Frente de Todos – 5,760
Juntos por el Cambio – 3,111
Consenso Federal – 0,554
Frente de Izquierda y de Trabajo – 0,285
Frente NOS – 0,164
Partido Dignidad Popular – 0,125
De acuerdo a lo expuesto, por entero del dividendo Juntos por el Cambio obtendría 3 bancas, teniendo un resto de 0,111, en tanto que el Frente de Todos se llevaría 5 bancas, y le quedaría un resto de 0,760. La novena banca se le asignaría al Frente de Todos por su resto mayor, mientras que la décima le correspondería a Juntos por el Cambio, logrando Lorena Bustos cumplir con el objetivo personal que expusiera en aquel audio de whatsapp filtrado. Sin embargo, su banca está en sumo riesgo y dependerá de cuántos de los votantes de la lista que integraba en las PASO mantengan el apoyo en las Generales, algo difícil de precisar dada la falta de apoyo oficial del Radicalismo, al menos en la campaña, a la versión local de la coalición que integra, y de cómo se distribuyan los nuevos votos que se estima habrá en tres semanas, asumiendo que quienes acompañaron la falsa candidatura de Sokol podrían volcarse en favor de Osvaldo Cáffaro.
El límite es muy fino, si Juntos por el Cambio, con una participación similar a las de las PASO, perdiera 770 votos, el décimo concejal sería del Frente de Todos.
En este contexto, ya tendrían garantizada una banca en el Concejo Deliberante, por Frente de Todos, Ariel Ríos, quien va a la reelección, Olga Cerato, Javier Yagode, Micaela Morán, que también será reelecta, Marcelo Torres, ¿asumirá o será una candidatura testimonial? y Lilian Burroni, ¿dejará su histórico puesto de Secretaria del Intendente Cáffaro para pasar al Deliberativo?. De cómo se resuelva estos interrogantes quedará en claro si el Partido Comunista puede volver a tener un representante en el Concejo Deliberante zarateño, siendo Tania Caputo la concejal marxista.
Por el lado de Juntos para el Cambio tendría garantizado su lugar los candidatos que acompañaron a Julián Guelvenzú en las PASO, Walter Unrein, quien también será reelecto como concejal, aunque dados estos guarismos no está tan en claro que pueda ser reelecto como Vicepresidente del Cuerpo, Natalia Blanco y Marcelo Pastore.
De esta manera, serían solo dos las fuerzas que ubicarían concejales en los comicios de 2019, algo que no ocurría desde ocho años atrás, en ocasión de la primer reelección del Intendente Cáffaro, cuando Nuevo Zárate y el Frente para la Victoria acapararon todos los cargos en disputa, y la novedad sería que, por primera vez desde la vuelta de la democracia, habría tan solo dos bloques políticos en el Concejo Deliberante, si todos los concejales se mantienen fieles a la fuerza política que los llevó hasta allí. La mayoría para el Frente de Todos con 12 o 13 concejales, en tanto Juntos por el Cambio sería la minoría con 7 u 8 ediles.
Este es el panorama que le espera a Zárate si las próximas elecciones repiten el patrón de las PASO, eso depende de la ciudadanía. ¿Se repetirá?
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