Una crítica repetida a las gestiones nacionales anteriores tenía que ver con la escasa institucionalidad con que procedían y, en relación con ella, la prácticamente nula relación con los diversos partidos políticos, y parece que nada cambió.
Pese al movimiento inicial de reunirse con los diferentes candidatos presidenciales que habían participado de las elecciones del 25 de octubre pasado, no hubo continuidad en esta política, y todo se limitó a contactos individuales con ciertos dirigentes, a relaciones interpersonales que reemplazan a la institucionalidad del partido político.
Esto es entendible por la procedencia del Presidente Macri. El PRO no es un partido de masas como los que conocimos históricamente en el país con una estructura propia, sino que como el panal de abejas se construye a partir de una persona, no de una idea, de un liderazgo, no de un proyecto.
No muy diferente es la situación en la UCR, donde aún no terminan de acomodarse a su rol como socio, claramente minoritario, de Gobierno. Y aunque quizás haya que esperar a ver el desarrollo de la gimnasia parlamentaria, donde su rol adquirirá valor porque es la fuerza partidaria oficialista con mayor poder legislativo, hasta aquí la relación se planteó siguiendo la lógica PRO, en términos personales.
Al FPV ya le firmaron muchos de sus integrantes el certificado de defunción, y alejados del poder los partidos satélites pierden entidad propia, por lo que todo su poder se resume al PJ. En el reciente Congreso partidario se pusieron de manifiesto sus contradicciones internas, que se acentúan tras dejar el poder después de 12 años y sin tener claro ni un liderazgo que aglutine ni un proyecto colectivo que los involucre a todos. Y así conviven en su seno las más variadas tendencias que fluctúan en su poder de acuerdo a la cuota de poder gubernamental que retuvieron.
Por el lado del FR la realidad no difiere mucho con relación a los otros partidos, y en cierta medida habría que dejar de hablar de FR y referirse al espacio como massismo, puesto con la excepción de su mayor dirigente, no emergen otros liderazgos. Así pues, la relación de este sector con el Gobierno se resume a la relación entre Massa y Macri, y al apoyo que aquel puede brindar a las medidas de gobierno para lograr tener en el Parlamento el apoyo necesario.
Tras la reforma constitucional de 1994 nuestra Carta Magna recoge en su artículo 38 que “Artículo 38.- Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático.”, sin embargo esto no se consustancia en hechos concretos que pongan de manifiesto el rol de éstos, muy por el contrario, y siguiendo con la práctica kirchnerista de entender a los partidos políticos como meras herramientas electorales que, una vez acabado esta función, carecen de valor, el oficialismo ha decidido mantenerlos a un lado de la discusión política.
El Presidente Macri, y por ende sus Ministros, han privilegiado la relación institucional gubernamental entre actores con responsabilidad estatal ejecutiva en sus variadas instancias en desmedro de una convocatoria más amplia que incluya a fuerzas políticas con representación parlamentaria pero sin responsabilidad de gobierno en poderes ejecutivos subestatales.
Esta política rindió frutos rápidamente con la fractura del bloque de diputados nacionales del FPV, impulsada y avalada por algunos de los gobernadores peronistas… pero si el oficialismo cree que el camino está allanado por ello equivoca su análisis, porque como decía Juan Perón, “táctica es la lucha directa y estrategia es la conducción de conjunto”, y sin lugar a dudas la ruptura legislativa fue un movimiento táctico… pero la estrategia se vio el 24 de febrero cuando todos los muchachos peronistas, como reseña su marcha, participaron de su Congreso Partidario.
Y dado que el discurso del peronismo siempre que estuvo en la oposición fue el mismo respecto a su predisposición para colaborar con el gobierno, y también fueron los mismos los hechos realizados echando por la borda sus discursos y actuando en dirección contraria, tras la necesaria reorganización del PJ al gobierno no le alcanzará con apoyarse en liderazgos individuales o pequeños sostenes grupales en el Parlamento, requerirá de apoyos formales y duraderos que le permitan llevar adelante sus políticas, entendiendo que los proyectos importantes, los que realmente valen la pena, son los colectivos y a largo plazo.
Publicado en La Reforma, General Pico.
www.diariolareforma.com.ar/2013/y-los-partidos-politicos-que-por-eduardo-rivas/