En política internacional, los actores ven condicionado su accionar por cuestiones externas e internas, máxime aún, cuando los actores en estudio son organizaciones internacionales, puesto que, conformadas por diferentes Estados, tienen su origen en el accionar externo de éstos.
Ya en el siglo XXI, existen en el mundo más de tres centenares y medio de Organizaciones internacionales y casi la totalidad de los Estados participan en, al menos, una de estas organizaciones.
En el presente trabajo, se estudiarán los procesos de integración que se han ido produciendo tanto en Europa como en América Latina, centrando el enfoque en los casos de la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), poniendo de relieve los condicionantes externos que interactuaron sobre estos procesos integradores, y en especial el rol desempeñado por Estados Unidos de América (EUA) frente a ambos procesos.
Resulta importante analizar el rol desempeñado por Estados Unidos de América en los procesos de integración, porque luego de la Primera Guerra Mundial y, más aún, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en una de las mayores potencias del mundo, realidad que se suma a la ideología propia de sentirse designados por un poder divino para determinar y resguardar un orden mundial determinado, configurando un esquema de relaciones internacionales muy particular.
Y es tan particular, que los EUA, que siempre habían considerado al continente americano como “su” continente, y “sentirse” con capacidad para determinar en él qué se podía hacer y qué no, tras convertirse en una de las mayores potencias mundiales consideraban, y aún hoy lo siguen considerando, que su área de influencia y acción se extendía, ya no sólo a América Latina, sino también, por una particular interpretación de la Doctrina Monroe, a Europa, Medio Oriente, Sudeste Asiático y a todo aquel lugar en donde se cuestionara su rol como potencia o se pusieran en peligro sus intereses económicos.
Por ello, tras la última gran conflagración bélica mundial, EUA encaró una batalla más silenciosa pero no por ello menos dura, emprendió lo que más tarde se denominó la Guerra Fría, o Tercera Guerra Mundial. Esta política fue claramente definida por el presidente estadounidense Harry Truman quien en un mensaje enviado al Congreso el 12 de marzo de 1947, decía: “Creo que Estados Unidos debe apoyar a los pueblos libres que resisten a las tentativas de sojuzgamiento por minorías armadas, o a las presiones que vienen del exterior. Creo que debemos ayudar a los pueblos libres a forjar su destino con sus propias manos”.
Es en este contexto que comienzan a conformarse durante el siglo pasado, tanto en Europa como en América Latina, los primeros procesos de integración con pretensiones continentales, en el caso europeo, o subcontinentales, en el caso latinoamericano, y EUA tuvo un comportamiento muy diferente ante ambas situaciones, por ello resulta interesante el estudio de estos condicionantes externos, para analizar cómo influyen comportamientos de ese tipo en el desarrollo de estas nacientes Organizaciones internacionales.
No se perderá de vista, sin embargo, los condicionantes internos, que sin duda tienen una gran importancia, quizás mayor que los condicionantes externos, pero se acentuará el estudio en las cuestiones externas a fin de establecer similares parámetros de análisis para ambos procesos integradores.
Quizás las aspiraciones del estudio sean muy ambiciosas, pero hay que planear en grande para poder realizar en grande, ojalá logremos cumplir el objetivo previsto y poder echar un poco de luz sobre los condicionantes externos en los procesos de integración en Europa y América Latina.
Material disponible en
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