Cuando lo único que importa es figurar… aunque sea como suplente del suplente suplente
Zárate, tierra fértil para candidaturas que no van a ningún lado
El martes pasado, mientras repasábamos las 11 listas locales que fueron admitidas por la Junta Electoral para las próximas elecciones provinciales, surgió, casi como un chiste interno, la candidatura seccional de Daiana Hergert. Y es que en Zárate, algunos nombres vuelven una y otra vez como esas canciones viejas que nadie pidió pero igual suenan en todas las fiestas. Fue entonces cuando alguien tiró la frase con media sonrisa: “Otro caso claro de Síndrome Matilla”.
Y sí, cuesta discutirlo. Si algo no falla en la política local es este fenómeno que ya podríamos patentar: el arte de estar en todas las boletas posibles, aunque no tengas chances de nada. Ni ahora ni nunca.
¿Qué es exactamente el Síndrome Matilla?
No es algo que estudien en la Facultad de Ciencias Sociales. Tampoco es exclusivo de Zárate, pero acá tenemos nuestro propio “paciente cero”. El Síndrome Matilla es esa costumbre tan nuestra, tan de la política barrial, de buscar cualquier agujero para meterse en una lista, aunque sea de suplente del suplente, solo para poder decir: “ahí estoy”. Aunque más no sea para subir un flyer a Instagram o guardar la boleta de recuerdo.
No es que crean de verdad que pueden ganar.
Tampoco es que piensen seriamente en representar a alguien.
La verdad es que lo único que buscan es seguir existiendo políticamente.
Estar en la boleta es como renovar el carnet: sirve para un par de cafés, para alguna charla de comité, para inflar un poco el pecho en la sobremesa familiar.
Además, algunos lo adornan con palabras grandes: “militancia”, “compromiso”, “dar la pelea”. Pero todos sabemos que no es por eso. Es pura y llana ansiedad de no desaparecer del mapa.
¿De dónde viene el nombre? Sí, de Leandro Matilla.
No es casual. El virus lleva su nombre porque él fue, sin dudas, su primer gran exponente local. Allá por 2023, cuando Leandro Matilla -presidente del PJ Zárate- vio que no tenía ni media posibilidad de ser intendente, hizo lo que mejor sabe: negoció su lugar en alguna lista para no quedarse afuera de la foto. Así fue como terminó como quinto suplente a senador provincial por Unión por la Patria.
Desde www.principedelmanicomio.ar lo explicamos clarito: “No ingresa a la Legislatura ni en una visita guiada, pero su nombre estará en la boleta.”
Y así fue. La boleta salió. Matilla se sacó las fotos. Subió sus posteos.
Y nunca más volvió a mencionar ese tema. Ni él, ni nadie. Porque lo que había que hacer ya estaba hecho: ser visto, figurar, no quedar afuera.
Hoy lleva medio mandato como senador suplente, sin proyectos, sin aportes, sin nada. Ni una mínima declaración al respecto. Porque su único objetivo -siempre lo fue- era asegurarse de que alguien le siga diciendo “compañero”.
Cómo reconocer a alguien con el Síndrome Matilla
Hay señales claras. No hace falta ser politólogo para detectarlo:
- Son personas que alguna vez rozaron el poder de refilón: un cargo menor, una suplencia, una interna perdida, una foto con alguien más conocido.
- No soportan el olvido. Temen desaparecer.
- Confunden salir en la boleta con tener algún tipo de relevancia.
- Hablan de “participación democrática” mientras lo único que buscan es llenar su ego.
Y lo más curioso: No es grave, pero es muy, muy contagioso.
Cada elección reaparecen nuevos casos.
Ejemplos fresquitos, para no dejar dudas
- El eterno retorno de la optimista del voto
Dentro de la lista de Fuerza Patria, vuelve otra figura entrañable de estas tragicomedias locales. Hace cuatro años promocionaba su candidatura como segunda suplente a diputada nacional como si fuera a ser la nueva presidenta del Congreso. Hoy, con renovada energía, encabeza la lista… de suplentes a diputados provinciales.
Todo suma, parece.
El flyer ya está impreso.
La foto subida.
El cargo, como siempre, no llegará.
¿Sirve? Claro. Para algunos, tener un lugar aunque sea simbólico es como tener un pase VIP a los quinchos políticos. Permite hablar con tono de autoridad en la sobremesa, aunque todos sepamos que no tiene ni voz ni voto en ningún lado.
👉 https://principedelmanicomio.ar/2021/08/03/la-optimista-del-voto/
Tania Caputo puso su pico en Flandes para decir el PC vernáculo tiene su candidata.
- Daiana Hergert, la multifunción del submundo político local
Del otro lado de la grieta, la cosa no cambia demasiado. En La Libertad Avanza, también hay cupo para el síndrome.
Ahí aparece Daiana Hergert, que ya tiene más sombreros que un perchero:
- Responsable del ANSES Zárate
- Concejal
- Coordinadora seccional de LLA
- Emprendedora de moda (dato relevante, porque el rubro moda sigue pisando fuerte en el Concejo Deliberante local)
- Y ahora, por si hacía falta algo más, candidata a diputada provincial titular, puesto nueve.
Claro, las posibilidades de que entre a la Legislatura provincial son… remotas, por decirlo elegante. Pero eso no impide que haya gacetilla, declaraciones, agradecimientos infinitos: “Vamos a dar la pelea para que la provincia se pinte de violeta”, aseguró.
Spoiler: es más probable que la pinten en una pared que en la Legislatura.
El efecto real de estas candidaturas: nulo
El problema no es que se candidateen. No hay delito en eso.
El problema es que quieran vender esas candidaturas como victorias políticas, como premios a la militancia, como oportunidades reales de representar a los vecinos.
Cuando todos sabemos que son apenas relleno en una boleta.
Un trámite. Un favorcito político. Una forma de decir “yo sigo estando”.
Esto no es ideología, es patología. Y no discrimina.
El Síndrome Matilla no distingue entre peronistas, libertarios, radicales o troskos.
Atraviesa todo el espectro político con la misma generosidad.
Mientras haya listas que llenar, siempre habrá alguien con ganas de poner su nombre. Aunque sepa que no tiene chances ni como testigo suplente de un juramento.
No es la grieta. Es la inercia. Y Zárate es, claramente, terreno fértil para este tipo de figuras.
Los Figuretti de la política zarateña: una fauna que no se extingue
Lo sabemos todos: en cada elección, vuelven.
Los Figuretti de la política local.
Esos que si no salen en la boleta sienten que se apagan.
Que si no publican su candidatura en Facebook, pierden relevancia.
Que si no están en la lista, temen que nadie los llame nunca más “referentes”.
Porque para ellos no se trata de militar, ni de representar, ni de transformar.
Se trata de parecer que aún siguen vivos políticamente.
De tener la foto. El flyer. El posteo. El momento.
Aunque nadie, absolutamente nadie, se acuerde de su nombre después de las elecciones.
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información’.
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS

1 comentario
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