Nada de esto fue un error

El último lunes el Gobierno argentino publicó el decreto 780/2024 por el que modificaba la reglamentación de la ley de acceso a la información pública incluyendo, entre otras cosas, la noción de buena fe, por la que un juez podría decidir acerca del sentido con el cual se solicita la información, o el afirmar que ‘no se entenderá como información pública a aquella que contenga datos de naturaleza privada que fueran generados, obtenidos, transformados, controlados o custodiados por personas humanas o jurídicas privadas o por la ausencia de un interés público comprometido’.

Esta medida tiene como trasfondo el pedido de información pública, rechazado, acerca de los perros que el Presidente dice tener en la Quinta Presidencial de Olivos.

Sin lugar a dudas el accionar del gobierno nacional es un avasallamiento a la ciudadanía, uno más, puesto que bien podría no considerarse como información pública quién visita al Presidente de la Nación por cuestiones que no sean estrictamente laborales, como en su momento conocimos que había jueces federales que jugaban al paddle con el entonces Presidente Macri, o quienes participan de fiestas prohibidas, como el caso de la famosa fiestita organizada por Fernández en Olivos durante la pandemia.

Lo que el gobierno de Javier Milei pretende es esconder y no tener que rendir cuentas ante la ciudadanía, y busca hacerlo demostrando poder. Bien podrían haber recurrido al Procurador del Tesoro, como en el caso del pedido de información sobre los perros, o haber demorado in aeternum las respuestas, sin embargo en un gesto que equivocadamente algunos juzgan como infantilismo político, el Poder Ejecutivo decidió establecer sus propias reglas.

Como era de esperar la medida suscitó numerosas críticas, tanto desde el ámbito político como desde las ONG’s que representan los intereses ciudadanos, y en su visita periódica al Congreso de la Nación el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, con mayor destreza política que el Presidente, matizó este accionar afirmando ‘Claramente no fue la intención del Gobierno el limitar el acceso a la información […] la intención ha sido tratar de ordenar el tema del acceso a la información por la cantidad de tarea administrativa que demanda […] Modificaremos el decreto, si fuera necesario. Haremos las consultas. Estamos dispuestos a analizarlo’.

Mucho más polite el proceder de Francos, pero como decía mi bisabuelo ‘yo conozco al pájaro por la cagada’, y ya conocemos el accionar del Presidente de la Nación.

Lo que se buscó es lo que se interpretó, pero a diferencia de Francos, no le importaron las consecuencias de sus actos.

Es un peligroso antecedente. Uno más. Como el accionar violento de represión y criminalización de la protesta, que se ensaña con jubilados que reclaman por sus haberes, cada vez con menor poder de compra en un país que, según el ultimo indicador de la Universidad Católica Argentina, tiene más de la mitad de su población por debajo de la línea de la pobreza o como ostentar públicamente la utilización personal de lo que es de todos.

Cierto es que debemos reconocer que el accionar de Bartolomé Abdala, Presidente Provisional del Senado de la Nación y tercero en la sucesión presidencial, quien con desdén reconoció que tenía ‘creo que 15 [asesores]’ (en realidad son 20), de los cuales 12 o 13 están trabajando para su proyecto político en San Luis y no como asesores de un Senador de la Nación que es por lo que cobran.

Creer que no hay interconexión entre las diferentes realidades es un yerro, puesto que no son más que diferentes facetas de una misma realidad, Milei quiere imponer su proyecto, sus ideas, sus políticas de la manera que fuere y al costo que fuere.

A Milei le gustan las luces y el escenario, bien podría organizar un nuevo show y cantarle a los argentinos aquella vieja canción de Coti Sorokin…

Tengo una mala noticia
No fue de casualidad
Yo quería que nos pasara
Y tú, y tú lo dejaste pasar

Nada de esto fue un error.