En la trama épica de la mitología griega, el Caballo de Troya fue un ingenioso truco que cambió el curso de una guerra, la guerra de Troya, y consistió en un gran caballo de madera que sus enemigos regalaron a los troyanos, quienes lo aceptaron de buena gana, sin saber que en su seno se encontraba su funesto futuro.
Cuenta la historia que caída la noche, del interior del caballo surgieron soldados que se encargaron de matar a soldados y centinelas troyanos y tomaron la ciudad.
Y algo de eso parece que ocurre en Zárate.
Juntos por el Cambio le ofreció a los electores zarateños un regalo de cara a las elecciones cuya idea era votar zarateños, tal como su lema lo indica ‘Somos Zárate’ (ojo, no hay un error de redacción, no promocionan que son zarateños, que no todos los son, sino que se identifican con Zárate). Resulta curioso lo absolutista y excluyente del concepto, puesto que si no es parte del somos no se es Zárate, bien en línea con la lógica peronista de pueblo o antipueblo, pero será tema de análisis en otro texto, hoy queremos focalizar en otra cuestión.
Gran parte de la campaña pasada se centró en ‘votar zarateños’ en contraposición de aquellos foráneos que buscaban apoderarse de lo nuestro y nuestra zarateñidad. Nunca compartimos esa idea y lo dijimos. Días antes de las elecciones escribimos ‘No se eligen actas de nacimiento, se eligen programas de futuro.’ y seguimos convencidos de ello.
No importa donde haya nacido quien encabece la idea, de hecho la Constitución Nacional señala que los derechos y deberes que ella incluye son ‘para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino’. Lo mismo ocurre para Zárate. No importa donde se nace, lugar que uno no elige, sino el lugar donde hace, que sí lo elige, generalmente.
Sin embargo hay quienes creen que esto no es así e importa (casi siempre) lo que dice un acta de nacimiento, y ese fue uno de los ejes más fuerte de campaña para criticar a y diferenciarse de Agustina Propato.
Pero resulta que cae la noche y del caballo de Zárate comienzan a salir soldados… que no solo no nacieron en Zárate ni son Zárate, viven en otro Distrito y son (o han sido) funcionarios en otros Distritos, fundamentalmente Campana.
Históricamente, pese a su proximidad geográfica que genera una interacción incesante entre los dos Distritos, con un ida y vuelta constante de trabajadores, estudiantes, familiares y amigos, en términos políticos no hubo históricamente un accionar mancomunado, fundamentalmente porque pertenecen a secciones electorales diferentes. Mientras Zárate pertenece a la Segunda Sección Electoral, Campana lo hace en la Primera. Cuando Zárate elige Senadores, Campana elige Diputados. Zárate interactúa con Municipios agroindustriales y con grandes superficies campestres, Campana lo hace con Distritos que casi no poseen áreas rurales, salvo algunas pequeñas excepciones. A esto se debe agregar que hubo pocos momentos en que el signo político de quienes dirigían los destinos de ambos Municipios coincidieran, pero aún coincidiendo los signos políticos no hubo hechos relevantes para el distrito.
Todo esto conspiró con la lógica de pensar un destino común, que sería lo que cualquier persona podría imaginar entre Municipios tan íntimamente relacionados.
Pero ahora nos venimos a enterar que el Secretaría de Desarrollo Humano y Promoción Social estará ocupada por un vecino campanense, Iván Gómez Gerez, quien supo fungir en el Municipio de Campana, entre otras cosas, como Director de Juventud y responsable de prensa del Concejo Deliberante de Campana… algo así como la versión de cabotaje de lo realizado por Jorge Macri, María Eugenia Vidal, Daniel Scioli o Axel Kicillof.
¿En serio es parte de ‘Somos Zárate’ cuando es Campana? ¿Desde cuando es parte del ‘equipo’ Gómez Gerez? Hasta hace bastante poco se sentía parte de otro equipo…
¿Tan poca autocrítica hay en el ‘equipo’ que todos mansamente celebran lo que hasta ayer criticaban? ¿Tanto lameculo?
Pero según sabemos no será el único, a medida que el tiempo avance, observaremos que la administración local será ocupada en varios lugares por funcionarios oriundos de Campana, planteando preguntas sobre la verdadera representación de los zarateños en el gobierno.
¿Dónde quedó el vote zarateño? ¿O la zarateñidad se reduce a los funcionarios electos y no a los funcionarios elegidos?
A esta altura pareciera ser una obviedad pero por si alguien lo pone en duda, lo dejamos claro. Lo importante es la idoneidad, no el acta de nacimiento… pero no es lo que piensan (o al menos lo que decían que pensaban al momento de la campaña electoral, porque descontamos que no mintieron) quienes triunfaron en las últimas elecciones.
En la antigüedad, el Caballo de Troya se convirtió en un símbolo de engaño y subterfugio. ¿Podría la estrategia política de Juntos por el Cambio en Zárate compararse con esta astuta táctica? ¿Todo fue una estrategia para ganar votos?
Al mirar la estructura de la administración que regirá los destinos de Zárate a partir del 10 de diciembre se revela que muchos de los principales funcionarios provienen de Campana. ¿Se convierten en zarateños cuando atraviesan la calle Ochoa?
En el juego político, la estrategia del Caballo de Troya puede tener consecuencias inesperadas. En Zárate la presencia de funcionarios de Campana plantea preguntas importantes, para quienes creen que lo que garantiza la idoneidad de las personas es la partida de nacimiento, sobre la verdadera representación y participación local en la toma de decisiones.
El novel gobierno se encuentra ante la encrucijada de aceptar que fue tan solo una estrategia electoral, mentirosa, para imponerse en las últimas elecciones, o pretender justificar con mentiras lo contrario.
En cualquier caso, habrá que estar atento para ver qué más sale de este Caballo de Troya.
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS