En octubre de 2021, hace ya casi dos años, cuando se debatía en la Legislatura bonaerense la posible declaración de Lima como ciudad y el apoyo en la localidad era mayoritaria, una vez más contracorriente afirmamos ‘hay un punto que es el que concita mayor debate ya que a las claras no se cumple, y si se declara ciudad a Lima se daría por sentado que sí se cumple y, en consecuencia, no debería ser un reclamo de la ciudadanía limeña. En el artículo 4, inciso f, se menciona que para ser declarada ciudad una localidad tiene que tener ‘Equipamiento para salud acorde con las necesidades locales y para la zona de influencia.’ Está claro que esto Lima no lo tiene, y la pandemia deja en claro que es así cuando cualquier caso sospechoso de COVID-19 tiene que trasladarse a Zárate, la vacunación era en Zárate y hasta las ambulancias están en Zárate. Ahora bien, si se declara ciudad a Lima se asume que tiene ‘equipamiento para salud acorde con las necesidades locales’, ‘¿Cómo reclamar entonces mejoras en el área si ya se reconoce que es lo adecuado?’, pasó el tiempo y lamentablemente la realidad nos dio la razón una vez más.
Lima no es ciudad. Lima no tiene ‘Equipamiento para salud acorde con las necesidades locales y para la zona de influencia.’
Y esto quedó expuesto de la manera más triste días antes de las PASO cuando un vecino que estaba infartado fue trasladado a la Unidad Sanitaria, la misma que el Intendente Cáffaro y su claque de alcahuetes llamaron Hospital Intermedio hasta que la realidad los pasó por encima.
Y lo que ocurrió entonces es la comprobación, una vez más, de lo que mencionamos pero además expuso de manera descarnada el accionar de la Secretaría comandada por Fiorella Scafati, quien por supuesto aún no dio la cara pese al tiempo transcurrido.
El vecino ingresó con vida a la Unidad Sanitaria falleciendo después pese a los esfuerzos que hicieron para intentar salvarle la vida, sin embargo Gonzalo Mariluis mintió cuando consultado por Marité Pérez afirmó que el vecino había llegado sin vida. Es mentira y él lo sabe. Basta preguntarles a las mismas personas involucradas a las que les preguntamos nosotros y que nos relataron lo ocurrido. Si quienes trabajan en la Unidad Sanitaria tuvieran la libertad de contar los hechos tal como ocurrieron… que no son como los cuenta Mariluis. Aunque la realidad es que Mariluis no cuenta mucho… y tiene mucho para contar.
¿Y por qué no lo cuentan? Porque en ese momento en la Unidad Sanitaria no había médico. Hecho habitual y cotidiano.
Si bien era un horario en el que debía haber un galeno, la realidad es que no lo había porque el cambio de guardia médica se realiza de una manera inverosímil. Cuando el médico que deja la guardia está por cumplir su tiempo es llevado en remise hasta el Hospital Intermedio Municipal donde se recoge a quien lo reemplaza quien a su vez es llevado a la Unidad Sanitaria… y mientras tanto no hay médico de atención en la Unidad de Lima. Pero no solo eso, tampoco hay ambulancia, porque lo que se utiliza como remise es la propia ambulancia. VERGONZOSO.
Esta situación, que públicamente se la planteó Pérez a Mariluis, es la que viven los limeños a diario, y las autoridades lo ocultan, quizás por eso en Lima a Cáffaro le ganaron hasta los votos en blanco.
Los hechos demuestran que Lima fue declarada pero no es una ciudad y que su infraestructura en términos de salud es mucho peor que calamitosa. Y es necesario un cambio ya.
Quien está al frente de la Unidad Sanitaria, Sandra Van Den Linde, no es una profesional de la medicina ni de la enfermería, apenas una agente sanitaria, y sin embargo dirige la Unidad… bastante mal por cierto, y se pone nerviosa cuando queda expuesta su mala gestión.
Quien es el responsable de Atención Primaria de la Salud, Gonzalo Marialuis, les miente descaradamente a los vecinos pretendiendo tapar el sol con un dedo y pretende confundir discursivamente para no asumir la realidad que le ofrece a los vecinos.
Quien es el Subsecretario de Salud, Guillermo Sokol, brilla por su ausencia, quizás sigue contando votos de su precandidatura a Intendente de hace cuatro años.
Quien está al frente de la Secretaría de Salud, Fiorella Scafati, demostró con creces su inutilidad para hacerse cargo del puesto que ostenta.
Quien es el Intendente Municil, Osvaldo Cáffaro, hace tres semanas que no da la cara ante los vecinos, aunque justo es decir que ese nunca fue su fuerte.
Y mientras tanto los limeños sin salud, creyendo que son una ciudad cuando apenas llegan a localidad, sin los servicios médicos que les prometen… pero al menos en esta elección no votaron a su verdugo, como hicieron repetidamente. Tardaron en darse cuenta, pero al menos lo hicieron.
La situación no da para más. No se puede seguir mintiendo. Hay que asumir la realidad y modificarla ya.
¿Harán algo al respecto los concejales o se dedicarán a seguir con la campaña electoral o a declarar la importancia de la pesca con ‘lumbrí y isoca’?
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS