Si reducimos el presupuesto del área de seguridad.
Si no tenemos un plan para combatir la inseguridad.
Si no tenemos personas idóneas al frente de las áreas de seguridad.
Si le mentimos a los vecinos respecto a lo que hacemos contra la inseguridad.
Si hacemos todo esto… y más, ¿Qué puede fallar?
Todo. Absolutamente todo. Y las consecuencias están a la vista.
En los últimos días se está viviendo, y el gerundio es adrede, difíciles días en Zárate en lo que a seguridad se refiere.
Mientras a algunos los preocupa el cierre de las listas electorales, a otros el asado, y a algunos más el básquet, la enorme mayoría de los zarateños vivimos preocupados por lo que nos puede pasar en términos de seguridad. Los hechos se suceden sin descanso y ahora incluyen sitios hasta ahora sagrados, las escuelas.
Antes se robaban los alimentos que se guardaban para darle de comer a los chicos del barrio, hoy se roban todo, absolutamente todo, aquello que puede tener un valor de reventa en la reducción de las ganancias de los ilícitos. Quizás el ejemplo más grotesco sea el del Colegio Nacional, donde se robaron las canillas… después de haber cerrado el paso de agua.
Curiosamente quienes hablan sobre la situación son las autoridades y docentes de los establecimientos y las autoridades del área educativa… pero nadie de quienes tienen que hablar de seguridad. Relatan la realidad de lo que ocurre… y poco más. Si hasta se dio el caso en el que la Presidente del Concejo Escolar por Nuevo Zárate en el Frente de Todos, y ex concejal por la Unión Cívica Radical en la Alianza, Silvia Fernández Zena hace un llamado a la seguridad para que los vecinos no compren cosas robadas… asumiendo implícitamente que no son capaces de hacer nada para evitar que se produzcan los asaltos. Más que curioso su pensamiento.
Y no solo no se hace nada por procurar modificar la realidad, sino que tampoco nadie da la cara para asumir la responsabilidad.
En febrero pasado declararon la emergencia en seguridad y como lo anunciamos antes de la declaración, no sirvió para nada.
El 1 de marzo de este año el Intendente Cáffaro anunció ‘Vamos a firmar en 10 o 15 días un convenio con la Universidad de Quilmes donde vamos a armar un plan de seguridad pública’, pasaron dos meses desde entonces y quedó expuesto que era una mentira más del Intendente, como el anuncio de la Policía Municipal que efectuara 10 años atrás.
En 16 años mostraron la inutilidad para atacar los problemas serios de Zárate, lo que si pudieron organizar, y no siempre bien, fue el circo para tener entretenida a los aplaudidores.
A principios del mes pasado anunciaron el Sistema Integrado de Seguridad Urbana programa ‘que es una acumulación de anuncios inconexos, algunos ya realizados, que pretenden mostrar acción en un ámbito en donde la inacción campea a sus anchas. Lejos está de ser un verdadero plan de seguridad como el que debieran haber presentado ante el Concejo Deliberante tal como fijaba la ordenanza de Emergencia en Seguridad. No es más que una puesta en escena para mostrar una realidad inexistente… solo existente en la cabecita de quienes viven una realidad paralela, la realidad de Narnia.’
Y la pelota sigue girando, nunca mejor dicho, porque la preocupación del Intendente Cáffaro, y de unos cuantos chupamedias de ocasión, por estos días es la performance de Zárate Basket en las finales por el ascenso a la Liga Nacional de Básquet, realidad que de concretarse implicará, entre otras cosas, bastante más dinero que el que está presupuestado para el programa Básquet para todos en este 2023. O el accionar de Defensores Unidos en la Primera Nacional, actividad a la que también le dedican ingentes cantidades de dinero pero dado el ocultamiento de información que hace el Departamento Ejecutivo Municipal, es mucho más difícil de rastrear en la limitadísima documentación oficial que se pone a disposición de los vecinos e incluso de los concejales y estos chochos de la vida siguen siendo cómplices para poder pasar por caja a fin de mes.
Ya no hay marchas por la seguridad en Zárate… ¿En qué habrán quedado las convocatorias aquellas en las que se afirmaba que contra viento y marea se seguiría con el reclamo? Pero sí sigue habiendo aprestos individuales como el demasiado frecuente pedido de Banca Abierta en el Concejo Deliberante para pedir e implorar por seguridad.
Pero ayer algo cambió.
Lo mencionamos con Marité Pérez en nuestra columna en FM Libre. Para que las cosas cambien es preciso que los vecinos se involucren. Y ayer informalmente, desorganizadamente, los vecinos limeños reclamaron frente a la Comisaría Segunda pidiendo por más seguridad. No pudieron reclamarle al Jefe del Departamento de Prevención y Seguridad de la Secretaría de Lima porque nadie lo conoce… y entonces reclamaron donde creían que podían encontrar respuestas.
Y la realidad es que el Comisario escuchó y dio la cara, pero poco más puede hacer… ¿El próximo reclamo será ante la casa del Secretario de Lima Javier Olsen? ¿Del Intendente Municipal Osvaldo Cáffaro? ¿Del Ministro de Seguridad Sergio Berni?
Una gota no llena un vaso… pero después de muchas gotas, hay una que lo rebalsa.
Lo dijo Juan Perón, ‘Cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar el escarmiento’.
Lo preguntamos poco más de un año atrás ¿Cuánto de paciencia le queda al pueblo zarateño?
Los habitantes de Zárate comienzan a agotar su paciencia… ¿Tronará el escarmiento?
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS