Días atrás, en respuesta a nuestra columna en FM Libre, el Secretario de Lima Javier Olsen justificó la reducción del Presupuesto de su Secretaría argumentando que muchas de las cosas que se hacen en Lima no salen del Presupuesto de su responsabilidad, lo cual es cierto, y como ejemplo baste señalar que la Unidad Sanitaria Aurelio Aleotti, que en el ideario municipal es hospital intermedio, tuvo una reducción del Presupuesto 2022 del orden del 23% aunque por eso tampoco alzó la voz, aunque tuviera consecuencias directas en la salud de los limeños. Presupuesto que, curiosamente, se incrementó en paralelo en un 31,5% en lo referido a Servicios no personales, ¿Sabrá el Delegado a qué se refiere esto?
Y la denominación como Delegado y no Secretario no es casual, porque más allá de como se lo quiera presentar, Olsen no es más que el representante de Osvaldo Cáffaro en Lima, y hace o deshace de las migajas que Cáffaro da a Lima, sin molestar al Jefe claro está, no vaya a ser cosa que encima por alzar la voz lo deje sin sus más de setecientos mil pesos mensuales de haberes.
Pero veamos puntualmente lo que sí corre bajo la responsabilidad de Olsen.
Tenía que administrar inicialmente un presupuesto de $268.867.500,00 al que le quitaron $61.486.357,10, ¿Qué hizo con los $207.381.142,90 restantes?
Fundamentalmente pagar sueldos, ser un mero mandadero. El 74,2% del total del dinero utilizado por la Secretaría de Lima fue en Gastos de Personal, y eso que tiene sin cubrir el 43% de los lugares. El 17,7% fue a Servicios Urbanos, el 5,9% a Servicios Sanitarios y el 2,2% a Cultura, Educación, Deportes, Juventud y Relaciones con la Comunidad… el 0,02% restante para alcanzar el 100% al Cementerio de Lima, donde se gastaron $115,56 diarios. ¿No será mucho?
Pero para Olsen el problema no es de Lima, sin reconocer que el problema es él. Él calló cuando le quitaron dinero, él calló cuando no le cubrieron los puestos vacantes, él calló cuando actuaron al margen de la ley, y al respecto baste ver el Expediente 159 presentado ayer en el Concejo Deliberante donde Juntos solicita información para esclarecer los preocupantes dichos del Secretario pronunciados días atrás.
Y la reducción de dinero no es algo meramente formal sino que tiene consecuencias concretas, en el caso de Lima significó que en Alumbrado Público se utilizara el 50,5% del Presupuesto aprobado por el Concejo Deliberante, en Parques y Jardines el 38,1%, en Mantenimientos de Calles y Zanjeos el 45,4%, en Aguas Corrientes el 77,5%… y en Cloacas el 197,1%, porque si hay algo que les interesa es que la mierda no se vea.
Pero si efectivamente fuera como sostiene Olsen, que las Obras en Lima se hacen por fuera del presupuesto de la Secretaría que conduce, veamos las únicas 2 obras específicas para Lima, y no el efecto derrame de lo que se hace en Zárate, porque también tiene consecuencias que no se haga lo que se debe hacer.
En el Presupuesto 2022 se había aprobado, por fuera de lo que corresponde a la Secretaría de Lima, $205.000,00 para Acondicionamiento refugios Lima… no se usó un peso. Sí se pagaron $5.571.390,00 por la primera etapa del Polideportivo, obra que según Olsen no se concluyó porque la empresa que ganó la licitación ‘se mandó a mudar con la guita’, al decir de Marité Pérez, y por la que el bloque de Juntos pide explicaciones.
Está claro entonces que el problema no es si Lima es un Municipio independiente o no, si avanza el proyecto D-4736/22-23-0 presentado por Natalia Dziakowski o no, el problema es de gestión. Es que pese a toda la pompa de llamarlo Secretario y propiciar su ‘elección directa’, si no sabe gestionar va a fracasar en una Secretaría o en un Municipio. Mucho más si se parte de un proyecto con fuertes incoherencias en su redacción, y como ejemplo basta comparar los límites establecidos en el Anexo I con los del artículo 17.
El ejemplo más claro de ello es la denominación de ciudad, que se hizo sin cumplir la ley y que demostró que lo importante no es el continente sino el contenido. ¿De qué sirve llamar ciudad a algo que no tiene prestaciones de ciudad? Cuánto mejor es tener salud, médicos y guardias que un papel firmado en la Legislatura bonaerense. Hoy Lima es ciudad y hoy Lima sigue sin salud, entre otras cosas porque la Unidad Sanitaria, que al menos ya no llaman Hospital Intermedio, tiene más de la mitad de su dotación de personal permanente vacante.
Pero Lima tenía dinero disponible, se lo quitaron y nadie, absolutamente nadie alzó la voz. Nadie le reclamó a ‘su’ Delegado que lo haga. ¿Lo harán ahora que los números son públicos?
¿Harán lo que tienen que hacer? ¿Pelearán por lo que dicen querer pelear?
¿Javier Osen lo hará o seguirá dedicándose a grabar videos de Tik Tok?
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.‘
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS
No hay comentarios
Pingback: Bla, bla, bla, bla, bla… Bla, bla… Llueve sobre mojado – Príncipe del manicomio