Días atrás, y a través de medios periodísticos y redes, se conoció que el Departamento Ejecutivo emitió el Decreto 58/2020 por el que el Intendente le ordena a la Dirección General de Ingresos Públicos un recálculo de la Tasa por Alumbrado e Higiene Urbana y Prevención y Control considerando una reducción del 50% de la valuación fiscal de la Provincia de Buenos Aires, por ello antes de avanzar es preciso dejar explicitado que el presente texto lo realizamos en función de las charlas que hemos tenido con funcionarios y representantes públicos municipales, puesto que la legislación supuestamente vigente no está a disposición de la ciudadanía, como es costumbre del gobierno municipal. Incluso tampoco se puede contar con el texto cuando se lo solicita, aunque el Gobierno pueda (y deba) exigir su cumplimiento… pero tranquilo, no es una cualidad del gobierno del Partido de Zárate el exigir el cumplimiento de las normas.
Según trascendió, el Ejecutivo local se hizo eco del reclamo de los vecinos, ¿Cuándo? ¿Quién? ¿Ariel Ríos, tal como dice La Voz, u Osvaldo Cáffaro, como dice Enlace Crítico?
Aún sin contar con el texto, los trascendidos dejan dudas que el Ejecutivo debería clarificar, puesto que, por ejemplo, se afirma que para la firma del Decreto lo hace en uso de las atribuciones que le acuerda el Decreto-Ley 6.769/58 y lo establecido en el artículo 109 inc. 2 de la Ordenanza Fiscal, pero la Ley Orgánica de Municipalidades no le otorga al Departamento Ejecutivo dichas atribuciones y el inciso 2 de la Ordenanza Fiscal, la 4777, establece ‘109.2 Se faculta al Departamento Ejecutivo para conceder una bonificación de hasta el diez por ciento (10%) sobre el monto de cada una de las obligaciones tributarias que se cancelen por medio de sistemas de débito automático en cuentas corrientes, cajas de ahorro, tarjetas de crédito, etc. El Departamento Ejecutivo Municipal reglamentara la adhesión al sistema de débito automático de los tributos municipales, estableciendo condiciones y requisitos.’, es decir, mal podrían apoyarse en este texto para reducir la Valuación Fiscal teniendo en cuenta la de la Provincia de Buenos Aires en un cincuenta por ciento (50%). Esto es potestad del Concejo Deliberante, que impávido asiste al avasallamiento de sus potestades por parte de un Ejecutivo que, sin tener en claro sus acciones y desbordado por el desarrollo de los acontecimientos, busca encontrar salidas al laberinto en el que se encuentra.
No hay que olvidar que el Presupuesto que estableció el aumento de las tasas se aprobó hace menos de dos meses por unanimidad en el Concejo Deliberante y fue promulgado por el propio Departamento Ejecutivo. ¿Qué ocurrió? ¿Quienes prepararon el proyecto de Presupuesto 2020 no previeron el monto del alza o no imaginaron la reacción ante el aumento de las tasas? ¿O pensaron “si pasa, pasa” como vino ocurriendo en los últimos 7 años?
¿Por qué no se convocó al Concejo Deliberante para discutir un tema tan sensible? En concepto de Tasa por Alumbrado e Higiene Urbana el Municipio preveía recaudar $205.000.000 anuales, en tanto que por Prevención y Control $50.300.000 para el mismo período, ¿cuál es el impacto del Decreto 58/2020 sobre esta previsión? ¿De dónde se obtendrá el dinero para equilibrar las cuentas teniendo en cuenta esta disminución en los ingresos? ¿Qué partidas han sido afectadas? ¿A los concejales no les interesa conocer estos datos que citamos? ¿Por qué el silencio cómplice? ¿Qué hay por el medio?
Pero no son las únicas dudas que quedan… ¿Qué hará el Concejo Deliberante ante el evidente atropello del Departamento Ejecutivo sobre sus atribuciones? ¿Cuándo dejará el oscurantismo el Departamento Ejecutivo y cumplirá con la Ordenanza 4645? ¿El Ejecutivo entiende que la situación económica se agravó durante el año en curso para desandar el camino iniciado tras la sanción del Presupuesto municipal a finales del año pasado? ¿Es cierto, además, que tal como dicen las fuentes ni siquiera supieron numerar los artículos del decreto, que pasa del artículo 4 al 8 sin que existan los capítulos 5, 6 y 7?
Y, fundamentalmente, ¿el Ejecutivo tiene en claro hacia dónde va? Los últimos acontecimientos indicarían que no, que el Gobierno Cáffaro no encuentra la salida de su propio laberinto.
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