Hace ya bastante tiempo que circula un acertijo en Internet que interroga al internauta preguntándole ‘Un padre y su hijo viajan en coche y tienen un accidente grave. El padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación de emergencia, para la que llaman a una eminencia médica. Pero cuando entra en el quirófano dice: “No puedo operarlo, es mi hijo”. ¿Cómo se explica esto?’
Este acertijo, que un lustro atrás realizaran dos investigadoras de la Universidad de Boston, tuvo por resultado que solo el 14% de los 197 universitarios dieron la respuesta correcta. Sin embargo sería impensable que si este estudio se repitiera en nuestro país hoy los resultados fueran similares, porque mucho se avanzó en la igualdad de derechos, a punto tal que, por ejemplo, en el último cierre de listas electorales, todas ellas se conformaron garantizando la igualdad, intercalando un hombre y una mujer.
Cuesta encontrar por estos días algún ámbito en el que las mujeres no hayan avanzado en la conquista de nuevos derechos y en pos de la igualdad, y quizás el ejemplo más acabado sea la participación del seleccionado de fútbol nacional en el Mundial de Fútbol femenino, lo cual es en sí mismo es una realidad que aún hace falta reformar puesto que no existe un Mundial de Fútbol masculino. Solo se menciona Mundial de Fútbol.
Pero sin embargo, como en toda evolución, hay especies viejas, retrógradas y anquilosadas que se resisten a ceder su lugar y siguen reproduciendo patrones ya perimidos. La Municipalidad de Zárate, y puntualmente la Secretaría de Salud, es un ejemplo de ello, que aún continúa con un discurso y un accionar sexista y discriminador.
En una gacetilla de prensa difundida el viernes pasado informaron que ‘La Secretaría de Salud abrió la búsqueda de personal para trabajar en el Hospital Intermedio Municipal ‘René Favaloro’, pero lo curioso de esta convocatoria es lo sexista de la misma, puesto que claramente delimita quienes se pueden presentar a cada función.
Inicialmente se informa que se busca una empleada administrativa, y se especifican los requisitos mínimos que se espera de la candidata, pero como puede notarse se especifica claramente que se requiere una empleada, no un empleado, como podría ser el genérico, o incluso podría convocarse un/a empleada/o, y más aún, dada la forma en la cual realizan muchas de las comunicaciones los miembros del gobierno municipal, podrían haber utilizado el empleade, pero no, eligieron cosificar a la mujer como empleada administrativa, dejando para los hombres otro tipo de funciones, porque al igual que el 86% de los universitarios encuestados en Boston, entendieron que el médico solo podía ser varón.
Seguramente hecha esta observación habrá quien afirme que en realidad el término médico es genérico e incluye a hombres y mujeres, lo cual podría ser cierto si unas líneas más abajo no volvieran a caer en el sexismo y convocaran para recursos humanos y las áreas técnicas a mujeres específicamente.
El mensaje de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Zárate es muy claro, los hombres se dedican a aquellas profesiones de mayor renombre, mientras que las mujeres se encargan de tareas menos reconocidas, curioso pensamiento por cierto.
Este pequeño pero contundente ejemplo pone de manifiesto que la verdadera igualdad vendrá de la mano de cambios culturales que la sociedad aún está experimentando, y que pese a visualizarse un horizonte promisorio, hay una cultura machista y retrógrada que se resiste a dejar su lugar, tanto en hombres como mujeres, por más que hagan campañas de concientización, se fotografíen en actividades de inclusión e igualdad o escriban lindos discursos llenos de letras e, arrobas o equis.
Como decía un animador infantil cuando yo era un niño, el movimiento se demuestra andando, por lo que si la Municipalidad quiere hablar de igualdad de género, debe llevarlo a la práctica, día a día y en cada acción.
Al fin de cuentas, en la cancha se ven los pingos… y las pingas.
Publicado en El Debate, Zárate.
http://www.eldebate.com.ar/en-la-cancha-se-ven-los-pingos-y-las-pingas/