Sostuvo el Juez Federal de Campana Adrián González Charvay que ‘con la información secuestrada, se comprobó que determinadas obras que figuran en el certificado de avance de obras como hechas, nunca se realizaron, es decir un certificado con contenido falso’, razón por la cual lo procesó y lo embargó por $5.000.000.
Cantaba hace tiempo atrás Joaquín Sabina que ‘Recuperar de nuevo los nombres de las cosas | Llamarle pan al pan, vino, llamarle al vino | Al sobaco, sobaco, miserable al destino | Y al que mata llamarle de una vez asesino’, por lo tanto es necesario decir las cosas por su nombre y, según sospecha el Juez, el Intendente Cáffaro delinquió.
Es decir que ya no es tan solo una cuestión de prioridades, el elegir por ejemplo gastar dinero en fuegos artificiales en lugar de pavimentar calles (el 29,2% de las viviendas del Municipio tienen conexión a los servicios básicos con calidad insuficiente) o pagar presentaciones de artistas foráneos en lugar de hacer cloacas (el 36,2% de la población del Municipio no tiene acceso a tan elemental servicio). La Justicia plantea la comisión de delitos.
Sin embargo el Intendente, afirma que ‘El dinero se invirtió y esto es lo que tienen que saber los zarateños: el dinero se invirtió en la compra y en el acopio de los materiales’, pero responde sobre algo que no viene a cuento, puesto que lo que la Justicia afirma es que ‘Con la información secuestrada, se comprobó que determinadas obras que figuran en el certificado de avance de obras como hechas, nunca se realizaron, es decir un certificado con contenido falso’. La pregunta entonces es sencilla y concreta, ¿qué dice el certificado de avance de obra que presentó el Municipio? El Intendente aún no pudo demostrar que la información con que cuenta la Justicia sea incorrecta.
Vale la pena recordar que allá por el año 2015 la Comisión Investigadora formada en el seno del Honorable Concejo Deliberante, también determinó que el Intentedente había pagado una obra en el CGC (Centro de Gestión del Conocimiento) sin que la misma se hubiere realizado, y si bien los concejales más envalentonados amenazaron con iniciar una causa penal, después el tema, como tantos otros, se diluyó y desconocemos si se concretó tal denuncia o todo se arregló “en los escritorios”.
Acusan por los medios al Intendente pero acuerdan con él autoridades en el Concejo Deliberante, sanción de normas, etc., acusan al Intendente pero no llevan la fuerza de sus palabras a acciones concretas en los ámbitos de acción.
Pero por si fuera poco, el Intendente Cáffaro miente. Afimó públicamente que ‘Tenemos la conciencia tranquila, dentro de las 470 obras que realizamos en estos diez años, esta ha sido la única que fue observada’, y sin entrar a valorar la conciencia del Intendente, miente al afirmar que es la única obra observada porque tal como puntualizamos y señalan los medios periodísticos, Osvaldo Cáffaro es el Intendente bonaerense más multado por el Tribunal de Cuentas provincial.
En aquella misma canción decía Sabina que ‘Nos lo robaron todo, las palabras, el sexo | Los nombres entrañables del amor y los cuerpos | La gloria de estar vivos, la crítica, la historia | Pero no consiguieron robarnos la memoria’ y sabemos y recordamos quién es y qué hace el Intendente municipal y sabemos y recordamos quienes son y qué hacen el resto de los representantes del pueblo en el HCD, que en público acusan a Cáffaro y sus laderos y sin embargo cuando llega el momento de llevar a los hechos lo que se sostiene en el discurso terminan acordando a cambio de vaya uno a saber qué moneda de intercambio.
Y, como dice el dicho, ‘para muestra basta un botón’. Sólo se trata que alguien esté interesado en empezar a tirar del ovillo y a no sorprenderse de lo que aparezca. El Intendente es el responsable directo y los Concejales, que entre otras cosas están para controlar el accionar del Intendente, que le aprobaron las rendiciones de cuentas son cómplices.
Hoy la Justicia expone algo que muchos sospechábamos y que muchos no querían ver, ya no hay excusas, quien quiera tapar el sol con un dedo deberá hacerse cargo de su accionar… quien no, también.
Publicado en El Debate, Zárate.
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