El próximo 13 de agosto se realizarán en la Provincia de Buenos Aires las Elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y diez semanas después, el 22 de octubre, se efectuarán las elecciones generales.
Seguramente en los próximos días comenzarán a realizarse encuestas y sondeos para ‘medir’, en el Distrito, la intención de voto de ciertos ciudadanos como posibles candidatos y así también habrá campañas de instalación de esos candidatos para intentar ubicarlos entre los elegibles… pero siempre en torno a personas y no a proyectos.
Decía Raúl Alfonsín en sus discursos de campaña: ‘no hay que seguir a hombres porque los hombres fallan a veces o no pueden, hay que seguir ideas porque los principios y los ideales acompañan toda la vida a un hombre de bien’. Está claro que no es un precepto que guíe el accionar de los dirigentes políticos locales, más interesados en discutir candidatos y candidatas que debatir propuestas y proyectos.
De hecho no se conoce cuál es el proyecto político de las diferentes representaciones políticas actuantes en nuestro Distrito, oficialismo ni oposición.
Desde el oficialismo, y dado el entorno en el cuál desarrollan su accionar, la política a seguir suponemos que será la que lo trajo hasta acá, hacer la plancha, dado que como el resto no sabe nadar, no podrán alcanzarlo.
En la oposición en tanto, lo único que quieren es que Cáffaro no aparezca en las boletas para ocupar un lugar, aunque queda claro que estas elecciones son legislativas y sólo se renueva la parte parlamentaria del gobierno municipal.
Ninguno tiene en claro ni lo asume, ni los concejales actuales ni quienes quieren serlo, que ellos también gobiernan. Aunque muchos si aspiran a ocupar el lugar del Intendente, aunque no se conozca públicamente para qué quieren hacerlo.
Estamos a menos de 6 meses de las elecciones primarias y ninguno de los partidos políticos ha presentado un proyecto articulado sobre qué tipo de Distrito quieren construir y cómo hacerlo. Por algunas de las declaraciones públicas se puede deducir qué tipo de Municipio no quieren, pero entre eso y la construcción del deseado hay un abismo, y mucho más cuando no se sabe lo que se desea.
¿Entonces, qué presentarán las agrupaciones políticas locales ante la ciudadanía en agosto próximo? ¿Otra vez serán frases de ocasión, marketineras y electoralistas pero vacías de contenido? ¿Seguirán “colgándose” de los candidatos provinciales y nacionales? Ni Zárate ni los zarateños lo merecen.
Es el momento para que, aunque sea por una vez, asuman la responsabilidad que tienen como pretendidos dirigentes y no hagan lo que se puede sino lo que se debe. Es momento que como políticos que se llaman hagan política, pero con todas las letras y en mayúsculas, para que el intercambio de ideas y propuestas genere un debate que nutra a quienes después ocupen las bancas del Concejo Deliberante a partir del 10 de diciembre. Y como consecuencia de ello actúen luego, una vez asumido el cargo, siguiendo el programa propuesto para ser elegidos.
Ya está visto que el oficialismo no lo hace, sólo resume lo que anunció o hizo finalmente que no siempre van de la mano. La oposición debería demostrar, si quiere ser diferente, que hace las cosas de manera diferente. Deberá enunciar sus propuestas, explicarlas y buscar el acompañamiento de la ciudadanía a su proyecto. Si así no fuera, sólo se trataría de un intercambio de nombres que no conduciría a un futuro mejor y, una vez más, se habrá perdido tiempo, esfuerzo y se habrá jugado con la esperanza del pueblo.
Publicado en El Debate, Zárate.
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