Corría el año 2013 y en la inauguración del período de sesiones ordinarias de 2013 el Intendente Municipal anunciaba que ‘[El Ciclo Básico Común] marca un espacio en el que nunca se tiene que volver para atrás. El Ciclo Básico Común llegó a Zárate para quedarse’ y en el mismo acto, un año después, ampliaba diciendo que ‘Dijimos, el área de educación tiene que ser fundamental para construir en el futuro, fundamental, por eso el tema del CBC’.
Pues bien, parece ser que ahora la cuestión no es tan fundamental, puesto que los jóvenes que este año quisieron anotarse para realizar el Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires en la Sede de Zárate no han podido hacerlo, y lo paradójico es que pese a que Osvaldo Cáffaro anunciara dos años atrás que lo importante era ‘que el día de mañana no venga alguien y borre de un plumazo todo lo conseguido en materia educativa en la ciudad’, quien lo hizo fue él mismo.
Y resulta tristes y llamativas las causas que se alegan para la discontinuación del CBC en su sede local, puesto que según señala el Secretario de Desarrollo Humano y Promoción Social, Rodrigo García Otero, una de las causas de su cierre tiene que ver con que ‘de la totalidad, casi el 60% no lo termina, no concluye y se da por dos factores: cuando empiezan a cursar tienen una perspectiva de desarrollo académica pero cuando plantean su viaje a Buenos Aires para su carrera las condiciones económicas no se lo permite y es una limitante’, al respecto habría que preguntarle al señor García Otero si esta realidad no la conocía el Municipio cuando planteó la apertura de la sede local, pues esta realidad es una constante en cada alumno y cada familia en cuyo seno un joven se plantea la posibilidad de estudiar fuera del Municipio. ¿Qué pasó que se dieron cuenta ahora? ¿No lo sabían? ¿No lo quisieron ver? ¿O antes recibían una financiación desde fuera del Municipio que ahora no la hay? Quizás sea un caso más en que se presenta una acción de gobierno como resultado de una gestión local cuando en realidad las relaciones interpersonales posibilitaron el acceso a ciertos estamentos y ciertas posibilidades que una vez agotadas hacen que los anuncios caigan por su propio peso… y de eso hay ejemplos de sobra en Zárate, de obras anunciadas como producto del buen gobierno local cuando en realidad los funcionarios municipales sólo hacían un pasamanos de dinero externo, y que al limitarse este acceso queda expuesta la desnudez del rey.
El otro argumento de García Otero fue que ‘En segunda instancia la altísima deserción marca que nuestros jóvenes tienen la necesidad de estudiar y desarrollarse en Zárate y eso va de la mano del CGC, con 20 carreras gratuitas a desarrollarse en el 2017’, lo cual es a todas luces falaz y contradictorio con su primer argumento. ¿Por qué hay deserción, porque no se puede estudiar en Buenos Aires o porque hay necesidad de estudiar en Zárate? La construcción lógica argumental deja que desear. Pero más allá de los evidentes problemas de construcción discursal del Secretario, pretender equiparar la propuesta educativa del CBC como puerta de acceso a la Universidad de Buenos Aires con la oferta académica del Centro de Gestión del Conocimiento (CGC), es pretender ofrecer monopatines para solucionar el problema de transporte entre los éjidos urbanos y la ubicación del CGC.
García Otero pretende hacer pasar gato por liebre. Las carreras que se dictan en el CGC no tienen equivalencia con la estructura del CBC que, en esencia, no es una carrera universitaria sino el acceso a una de ellas, y sin pretender realizar un análisis cualitativo de ambas ofertas académicas, que por cierto no son antagónicas sino que pueden ser complementarias, cuantitativamente la propuesta de la Universidad de Buenos Aires es más amplia y diversa que la que ofrece el Centro de Gestión del Conocimiento, amén de una cuestión ideológica no menor, para la administración local el conocimiento se gestiona, para quienes compartimos un ideario progresista el conocimiento es una fuente de emancipación del individuo.
Emulando aquella frase de los noventa de ‘ramal que para, ramal que cierra’, los funcionarios locales asumen que la solución ante la deserción estudiantil es que no haya estudiantes, afortunadamente para ellos, el Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires no ha tenido un accionar en esa línea con aquellos funcionarios multimultados.
Como en el cuento de Hans Christian Andersen, el rey está desnudo… y el Intendente también, aunque los sastres y los cortesanos quieran hacerle (y hacernos) creer que está vestido con sus mejores galas. En el cuento, cuando se da cuenta del engaño, el rey se mira y empieza a correr, de la vergüenza no sabía dónde meterse al descubrir la verdad: que había sido engañado… ¿Hará lo propio el Intendente? ¿Hará lo propio la ciudadanía con los engaños del Intendente?
Publicado en El Debate, Zárate.
http://www.eldebate.com.ar/el-rey-esta-desnudo-y-el-intendente-tambien/
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