Coautoras Cecilia Faure, María Emilia Romagnoli y Laura Salvatore.
Es un lugar común el resolver las charlas de amigos en las que se resuelve el mundo coincidiendo en que el principal problema es la educación y que un cambio en este ámbito redundará en cambios concretos para nuestro futuro y para el futuro de quienes nos sucedan… sin embargo nosotros creemos que no, que el problema no es la educación.
La educación es el vehículo por el que se transmiten valores, que hacen a la razón de ser de nuestra sociedad, y no depende de lo que comúnmente se conoce como ámbito educativo que sólo, y no sólo, tiene por objeto la instrucción de quienes allí asisten, sino depende de la sociedad en su conjunto.
Todos quienes somos parte de ella, establecemos como válidos ciertos valores que guían nuestro accionar y que reconocemos como dignos de ser difundidos y adoptados como propios por el resto de la sociedad, y es entonces que promovemos su divulgación, entendiendo que si todos nos guiamos por ellos nuestro futuro será mejor.
La familia es, sin duda, el sitio básico en el cual se adoptan esos valores y se los asume come propios, las instituciones intermedias, en tanto, son quienes la difunden en el resto de la sociedad. Escuelas, clubes y diversos tipos de entidades intermedias son ejemplos concretos de instituciones que se encargan de esta tarea, por eso es tan importante su función en la sociedad.
Días atrás, se difundió por las redes sociales un texto que surgió en el seno del Club Independiente, en el que cuestionaba el accionar de otro club de la ciudad para con un chico de 12 años que se formó y juega en el club de la calle Independencia.
Denunciaban los dirigentes del Rojo que los dirigentes del otro club, al que no citan por su nombre, que tientan ‘con facilidades económicas indirectas a las familias de los niños de nuestro Club y de otros para que dejen su lugar, sus amigos, historias de vida y todo cuanto tenga de buena relación’.
En caso de ser así, y no dudamos que lo sean, ¿son éstos los valores que pretendemos brindar a nuestros jóvenes? ¿la cuestión económica debe ser la que prima por sobre cualquier otra, incluso a los 12 años?
No se puede juzgar el accionar del chico, puesto que hay ciertas cuestiones que empezamos a valorar a llegar a cierta edad o tener hijos que pasan por lo que hemos pasado, cierto es que no hay experiencia más certera que la propia… pero si podemos juzgar qué hacemos los adultos.
Tenemos que juzgarnos como sociedad qué hacemos transmitiendo estos valores y, más aún, qué hacemos frente a quienes transmiten esos valores.
Creemos que afortunadamente quienes proponen este tipo de accionares son los menos, por eso es tan importante es que hacemos los más. Qué hacemos para sancionar, moral y efectivamente, este tipo de acciones y cómo hacemos que se no se repitan, y con medidas de tal magnitud que lo garanticen plenamente.
En cierta medida se puede trazar un paralelismo con lo ocurrido con el Fútbol Club Barcelona y la sanción de la cual fue objeto por el traspaso y la inscripción de jugadores menores de 18 años, y por ello es necesario que tomen cartas en el asunto las autoridades de la Asociación de Basquetbol y el resto de los clubes. ¿Cómo se puede seguir teniendo en su seno o seguir compartiendo la asociación y la competencia deportiva con quienes proceden de tal forma? Sólo si se comparten dichos valores.
Es necesario e imprescindible, en consecuencia, que se demuestre que esto no es así.
Nosotros lo hacemos desde estas líneas.
Los dirigentes deportivos a través de sus decisiones.
Todos, por medio de todas y cada una de nuestras acciones cotidianas, porque el problema no es la educación sino los valores, y lo que nosotros hacemos con y por ellos.
Publicado en El Debate, Zárate.
1 comentario
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