Aunque el concepto se le atribuye a Vladímir Ilich Uliánov, más conocido como Lenin, no hay certeza que haya sido pronunciado por el líder soviético y la referencia más antigua al respecto es una publicación del diario estadounidense New York Times en el que, retratando la política italiana de finales de la década del ’40 del siglo pasado, mencionaba a aquellos simpatizantes de la Unión Soviética en el extranjero que no contaban con un apoyo del régimen comunista en función del esfuerzo que realizaban.
Cuando Bruce S. Thornton se refiere a los idiotas útiles los define como ‘aquella gente que vivía bajo democracias liberales quienes, al brindar apoyo material y moral a una ideología totalitaria, en efecto estaban entretejiendo la soga con la que serían ahorcados’, y aunque parezca raro, bien podemos trazar un paralelismo con la realidad política local.
Aunque se presentan como la alternativa y la oposición al oficialismo local, lo cual está cuando menos sujeto a discusión dados sus antecedentes mediatos e inmediatos, los dirigentes de Juntos por el Cambio terminan siendo idiotas útiles a los fines de la reelección del Intendente Osvaldo Cáffaro, ya que pese a que se sostenga un tímido discurso crítico, en la práctica no hacen más que ser cómplices del Ejecutivo desde sus escaños del Concejo Deliberante.
Lo hicieron desde que se sentaron en las bancas del Deliberativo, no investigaron cuando debieron hacerlo, no alzaron la voz cuando había que oponerse al accionar oficial, no propusieron caminos alternativos, aún en minoría. En definitiva tan solo calentaron un sillón, o como dice el hombre de la calle hicieron la plancha, en lugar de hacer política, que al fin de cuentas, era para lo que decían que se presentaban como candidatos representando a la ciudadanía zarateña.
Ahora pretenden presentarse como alternativa al Intendente Municipal sin mostrarse nunca como diferentes al oficialismo local, por lo que cualquier vecino puede preguntarse: ¿por qué pretenden mostrarse hoy como una alternativa? Si nunca exhibieron un plan de gobierno diferente al implementado por el ejecutivo municipal, ¿por qué deberían ser tenidos en cuenta como una opción a la hora de las elecciones?
Al fin de cuentas, como dijeran Thorton, terminaron entretejiendo la soga con la que serían ahorcados, puesto que en nombre de una supuesta ‘gobernabilidad’ y responsabilidad institucional falsa e inexistente, puesto que el Intendente Cáffaro nunca se apoyó en el Concejo Deliberante para gobernar ni los concejales de su sector procuraron establecer consensos de trabajo. Se inmolaron como oposición real.
Redujeron todo a meros intercambios de figuritas en los cuales ocupaban pequeños espacios institucionales carentes de poder real pero que los involucraba de manera directa en las acciones que se emprendían, fueron cómplices de las políticas adoptadas por un Ejecutivo que estaba más preocupado por organizar un equipo profesional de básquet que de brindar soluciones habitacionales a los vecinos del Distrito, aunque ahora se nos pretenda hacer creer desde la Municipalidad que ‘La vivienda es un producto para el capitalismo, pero para nosotros es un proceso de participación popular. Una política de Hábitat es la llave para un desarrollo social basado en la solidaridad.’ Miente el Intendente cuando afirma eso, y los concejales de la ‘oposición’ son cómplices de esa mentira porque nunca expresaron públicamente a la ciudadanía estar en contra del malgasto de los fondos municipales, como tampoco expresaron públicamente que se iban a gastar más de $40.000.000 de fondos municipales para arreglar dos cuadras del centro, privando de tener agua potable o más camiones para desagotar pozos negros en los barrios.
No son más que idiotas útiles del poder de turno.
Ahora ya es tarde, ya no alcanzan ni siquiera las campañas de marketing para intentar mostrarse como algo distinto. No. Son más de lo mismo, y como dice el dicho, los zarateños elegirán ‘malo conocido que bueno por conocer’, y lo de bueno solo esta puesto porque lo dice el dicho, no porque creamos que la alternativa es buena.
Pero lo urgente no debe tapar lo importante.
No hay que pensar en la próxima elección que, es obvio decirlo, ya está definida, hay que volver a pensar en la próxima generación. Es necesario repensar qué hacer y cómo hacerlo. Hace falta más espíritu crítico para que en una discusión horizontal sin sabedores de la verdad revelada ni seguidores de ‘liderazgos’ mesiánicos, se vuelva a discutir política en serio.
El gobierno de Cáffaro no es un buen gobierno, pero no se ofrece una alternativa superadora, por lo que todo se resume a intentar que el rechazo sea mayor a la aprobación. No alcanza. No es el camino.
Hay que volver a hacer política, y algunos deben hacerla por primera vez. ¿Estarán dispuestos?
1 comentario
Estoy de acuerdo con el autor.