El 16 de julio, y por sorpresa, se publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina la Resolución 598/2019 del Ministerio de Seguridad por la que se crea ‘el SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO EN VALORES como ámbito de cohesión e integración social, dirigido a jóvenes de DIECISÉIS (16) a VEINTE (20) años de edad que se inscriban voluntariamente.’
Inicialmente uno tiende a asociar esta propuesta con lo que tiempo atrás fue el Servicio Militar, inicialmente obligatorio y más tarde voluntario, pero en los considerandos de la Resolución Ministerial se busca aclarar los objetivos al afirmar que ‘dada la importancia que desde el Estado se impulsen medidas que ofrezcan oportunidades a jóvenes para que, conforme la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, puedan desarrollar sus potencialidades y lograr la máxima satisfacción, integral y simultánea, de sus derechos y garantías’, es curioso que se entienda que esto se logre a través del accionar de la Gendarmería Nacional, y no del Ministerio de Educación o el de Ciencia, por ejemplo, considerando que uno de los objetos de este servicio es el ‘estímulo a la finalización del ciclo educativo obligatorio’. Incluso por intermedio del Ministerio de Trabajo, puesto que la capacitación y la salida laboral son de las mejores herramientas que puede aportar el Estado para la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Utilizando la frase de cabecera de María Eugenia Vidal, cuando negociaba las paritarias con los gremios docentes, la finalización del ciclo educativo debe darse con los niños en la escuela, no en los cuarteles de Gendarmería.
No ayudan a esclarecer las declaraciones de los funcionarios. Consultado el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad Gerardo Milman sobre ‘¿Por qué los chicos que no van a la escuela y que no tienen trabajo decidirían ir al Servicio Voluntario?’, respondió muy suelto de cuerpo que ‘- Les vamos a dar incentivos. Paseos en helicóptero o el manejo de un dron, por ejemplo.’ Impresentable.
Según el Ministro de Educación Alejandro Finocchiaro esto apunta a ‘chicos que hoy no están haciendo nada, o sea están en la calle, no están estudiando, no están trabajando’, es decir para los denominados ni-ni. Según un trabajo del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), son ‘1.080.682 jóvenes que están catalogados como ni-ni, el 67% son madres adolescentes que cuidan de sus hijos, hermanos o adultos mayores’, quienes según el programa gubernamental se acercarían una vez a la semana a dependencias de la Gendarmería Nacional a realizar el mentado Servicio Cívico, algo que a priori aparece como algo complejo de articular con su realidad cotidiana.
No es muy convincente, además, el argumento que se da de por qué debe ser en el seno de la Gendarmería Nacional donde se fomenten estos valores que dicen querer propagar, y no porque se trate de una fuerza de seguridad sino porque no tiene la capacitación para emprender esa tarea puesto que su rol en la sociedad argentina es totalmente ajeno a lo que se propone. En realidad lo que parece estar en el fondo de la decisión es dar un mensaje al electorado tradicional de la coalición de gobierno que entiende que el accionar para con esta población objetivo ha sido muy laxo y ha continuado ciertas políticas clientelares del gobierno anterior sin procurar un cambio de fondo.
La Ministra de Seguridad fue muy clara en su mensaje del porqué del Servicio. Afirmó Bullrich que ‘el objetivo principal es que los jóvenes puedan incorporar el sistema de responsabilidad, el valor de la disciplina, de tener que levantarse’, como así también ‘saludar a la bandera, talleres de orientación vocacional, primeros auxilios y distintos oficios’, y pretenden hacerlo en jóvenes de, al menos, dieciséis años.
Cuesta creer en los argumentos oficiales, sobre todo porque se trata de un mero marco de algo que se irá completando, poco a poco, a medida que se vaya implementando. De hecho deja en manos del Ministerio de Seguridad ‘el diseño del SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO EN VALORES’ y en manos de Gendarmería Nacional ‘la duración y periodicidad de cada módulo’.
La propuesta está llena de lugares comunes que dicen poco y no está claro que es lo que se busca más allá de un claro golpe de efecto en la sociedad. Insistimos, ‘zapatero a tus zapatos’, la educación y formación de los jóvenes creemos que debe estar dentro de la órbita de Educación, lo demás es, como diría el recordado Vicente Saadi ‘pura cháchara’.
De hecho si esta propuesta hubiera sido implementada por el gobierno anterior, los aplaudidores de turno y aduladores de siempre hubieran salido por todos lados a vociferar que esto es adoctrinamiento, que querían formar milicias armadas, que querían militarizar a la juventud, que querían ser Venezuela… pero como la propuso el gobierno, en un verticalismo deplorable, salen a defender propuestas indefendibles. A menos que sepan algo que nosotros no sabemos.
¿El gobierno querrá ir más allá o tan solo se trata de uno de los primeros actos de campaña?
El tiempo nos enseñará.
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