Coautor Sebastián Quadrana.
Corría el año 1996 y Joaquín Sabina nos decía ‘yo sólo te conté media verdad al revés’, y 22 años después bien podría decir lo mismo Tomás Lukin por la nota que firmara ayer en Página/12, ‘Opciones frente al riesgo de default’, puesto que hace un recorte de la realidad para pretender hacer decir al EuroLat algo que no dice.
Para comenzar debemos explicitar que, como se reseña en su página web, el EuroLat es la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana, es decir, la institución parlamentaria de la Asociación Estratégica Birregional, establecida en junio de 1999 en el marco de las Cumbres UE-ALC (entre la Unión Europea, América Latina y el Caribe), y en tanto es un cuerpo parlamentario internacional, mal podría entenderse que una Resolución adoptada en su seno signifique que ‘La Unión Cívica Radical comenzó a prepararse para enfrentar una nueva crisis de la deuda’ como sostiene Lukin en su artículo. El autor llega a esta conclusión porque uno de los coponentes es el Senador Radical por la Provincia del Chaco Ángel Rozas.
Pese a que Lukin afirme que el texto fue ‘elaborado por el legislador chaqueño’, el fundamento de la propia Resolución explicita que se trata de un texto realizado ‘sobre la base del Informe de la Comisión de Asuntos Políticos, de Seguridad y de Derechos Humanos’. Creer que una resolución adoptada por un cuerpo colegiado de 150 miembros, en el cual tan sólo DOS (2) de ellos pertenecen a la Unión Cívica Radical argentina, fuera preparada para enfrentar una nueva crisis de la deuda es, cuando menos, menospreciar la capacidad intelectual del lector.
Ahora bien, quizás Lukin apostaba a que nadie acudiera a las fuentes para contrastar su escrito, puesto que una rápida lectura del texto presentado, Rozas y Ernest Urtasun, quien es vicepresidente de EuroLat al igual que el Senador Nacional del Frente para la Victoria Omar Perotti, tira por tierra sus teorías. La Resolución en cuestión, aprobada en la Undécima Sesión Plenaria Ordinaria, realizada entre el 17 y el 20 de septiembre de 2018 en Viena, Austria, está disponible en la web expone en varios de sus puntos argumentos que claramente no están destinados a la Argentina y que dejan al descubierto el recorte intencional de Lukin para contar media verdad al revés.
Por ejemplo, dice en su considerando C que ‘en los últimos años, la deuda soberana ha dejado de ser una cuestión exclusiva de los países menos desarrollados, afectando a Estados de ingresos altos’. Argentina se ubica en el puesto 61 a nivel mundial en cuanto a PBI per cápita, y por delante tiene a 3 de los miembros latinoamericanos del EuroLat y la totalidad de los europeos, por lo que mal podría constituirse en uno de los nuevos casos de interés en la temática de la deuda.
En su escrito, Lukin enfatiza que el texto propuesto recomienda la adopción de los nueve principios básicos de Naciones Unidas e “insta a los gobiernos europeos y latinoamericanos a que aúnen esfuerzos para avanzar hacia un marco legal internacional para la reestructuración de las deudas soberanas”. Ahora bien, es claro que el autor busca más “despertar” a la bancada opositora en el Congreso de la Nación a fin de que participen activamente en el rechazo al endeudamiento como fuente de financiamiento del Estado.
Claro está que la Resolución de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana, busca incentivar que los Gobiernos adopten las medidas necesarias para dar un marco internacional a la regulación de la deuda soberana. Pero esto es muy distinto que dar por sentado que adoptar una Resolución -no vinculante- sea reconocer que un Estado está en riesgo de default. Es abrir el paraguas dentro de la casa, cuando afuera hay sol
Por otra parte, nada más claro que el considerando J de la Resolución, cuál es la motivación del proceder de los parlamentarios. Dice este apartado ‘que a pesar de las sucesivas reestructuraciones de la deuda, Grecia sigue en niveles insostenibles según los análisis de sostenibilidad de la deuda del propio FMI que han señalado la necesidad de ir a una reestructuración mayor de la misma. Que el caso griego se añade a unos niveles máximos históricos de endeudamiento de la zona euro, particularmente en algunos Estados miembros, sin que exista en el marco de la Unión Europea un cuadro legal para la reestructuración de la deuda’. Es decir, la preocupación de los legisladores tiene que ver con que el caso griego se replique en otros lados de los bloques involucrados y cuál sería la reacción frente a ello. Y así como se menciona a Grecia, en ningún caso se nombra a Argentina, lo cual suma rareza a la argumentación de Lukin.
Tampoco de la lectura del considerando K se desprende que esta Resolución se refiera a Argentina, dado que en él se reconoce ‘el derecho de todo Estado a negociar la reestructuración de su deuda soberana, que no debe verse frustrado u obstaculizado por intereses de grupos minoritarios tenedores de títulos no reestructurados de dicha deuda’, y Argentina acordó con los denominados ‘fondos buitres’ todos los conflictos que tenía abiertos al momento de la llegada del Presidente Macri al gobierno. De hecho, este punto tiene más que ver con la realidad del país durante el gobierno de Cristina Fernández que con la gestión actual, y abona el argumento brindado por los asesores del senador Rozas, y que el propio Lukin incorpora en su artículo, respecto a que ‘su redacción comenzó de la mano de legisladores del Frente para la Victoria en 2015 mientras tenían lugar las deliberaciones en la ONU’.
Y en la parte resolutiva se avanza sin ambages en la razón de ser de la Resolución, cuando en su acápite 13 se ‘Insta a la eurozona a celebrar una conferencia europea de la deuda, con participación de múltiples actores, incluyendo a parlamentos y sociedad civil, para tratar las necesidades de reestructuración del conjunto de la zona monetaria, así como para avanzar hacia un marco legal propiamente europeo para su tratamiento’, recomendación que en ninguno de los 15 puntos del texto se adopta para América Latina.
Es decir, lo que Lukin ha hecho, y Página/12 publicado, es un recorte parcial de la realidad para presentar una realidad virtual que difiere de la realidad real. Es como si frente a una foto de una persona recostada en un asiento de un auto nos quisieran decir que está muerta, sin mayor información. Quizás en realidad está desmayada, o dormida… o quizás la foto se tomó cuando pestañeó.
Para poder conocer la realidad hay que investigar. Quien quiera hacerlo más allá de lo que aquí exponemos le sugerimos la lectura de la Resolución en http://www.europarl.europa.eu/intcoop/eurolat/assembly/plenary_sessions/vienna_2018/adopted_docs/sov_debt/1163932ES.pdf y sacar sus propias conclusiones.
Publicado en Diario 16, Madrid.
http://diario16.com/media-verdad-al-reves/