Tuve el privilegio de ir a la Universidad Pública, esa que me fue gratuita porque la pagamos entre todos, los que íbamos a la Universidad y los que no, y el Estado me dio la posibilidad de formarme en lo que quise. Me recibí de Licenciado en Ciencia Política.
Hoy la educación pública pasa por momentos difíciles, sin financiamiento garantizado y con sueldos que no invitan a los que más saben a volcar sus conocimientos en las aulas. En el discurso se proclaman grandes objetivos pero en la práctica estos no se llevan adelante.
Si no hay buenas retribuciones solo queda el prestigio como incentivo para ser profesor universitario, pero en el capitalismo con el prestigio no alcanza, porque los comerciantes prefieren el dinero contante y sonante, y sin él, poco se puede hacer.
Cierto es que son muchas las cosas por hacer. Decía Vaclav Hável en 1991, refiriéndose a la realidad checa ‘Éramos conscientes de que la casa heredada se encontraba en mal estado: su enlucido iba cayéndose, el tejado tenía un aspecto bastante sospechoso, nos preocupaba también el estado de otras muchas cosas. Al cabo de un año de trabajos de exploración y reconocimiento, hemos averiguado, sobrecogidos, que todas las tuberías están cubiertas de herrumbre, las vigas podridas, la electricidad en estado ruinoso, y que las obras de rehabilitación que habíamos programado y que tanto anhelábamos durarían y costarían bastante más de lo que pensábamos en un principio. En definitiva, nos hemos dado cuenta de que lo que hace un año nos parecía solamente una casa descuidada era, en realidad, una ruina.’, si dijéramos que estas palabras las dijo Mauricio Macri en 2017, también podría ser creíble, porque la realidad argentina no dista mucho de ese diagnóstico.
Hay que reconstruir la casa entonces. Hay que reconstruir el país.
Y para poder hacerlo, y que esa reconstrucción sea perdurable en el tiempo, se debe realizar sobre buenos cimientos. Y no hay mejores cimientos que buenos valores y buena educación. Algo se está trabajando en lo que respecta a valores, poco en lo que concierne a educación.
La educación debe ser una prioridad. Sin Educación Pública no hay futuro. Quizás sea el proyecto de algunos de quienes forman parte de Cambiemos el deslucimientos de los claustros estatales, pero sin dudas no es la opinión de todos, ni siquiera la opinión mayoritaria.
Hoy, 57 universidades reclaman por la falta de presupuesto y el reclamo es claro.
Se ofrece un 15% de aumento salarial cuando la inflación fue sensiblemente mayor.
No se apuesta a la educación cuando no se apuesta a quienes educan. Y mientras tanto las autoridades educativas y las autoridades universitarias se miran entre sí sin aportar soluciones concretas.
Para construir otro país, hay que retomar aquellas políticas que nos hizo importante dentro del universo mundial. La educación es una de esas políticas ejes para conseguirlo. Y para eso es necesario que haya menos discursos y más acciones concretas que hagan realidad lo que se proclama en los discursos.
Es necesario que quienes más capacitados están, estén al frente de las clases en la Universidad Pública. Si además tienen tiempo y ganas, también en entidades privadas, pero el Estado debe velar por lo que es de todos.
Es imprescindible dotar de manera URGENTE de recursos a la Universidad Pública, sólo sobre esa base podremos intentar volver a ser lo que una vez fuimos, sólo sobre esa base podremos intentar ser lo que una vez soñamos ser.
La Universidad Pública no se vende, se defiende.
#SinEducacionPublicaNoHayFuturo
UNIVERSIDAD PÚBLICA SIEMPRE.
Publicado en MDZOL, Mendoza.
https://www.mdzol.com/opinion/810784-sin-universidad-publica-no-hay-futuro/
1 comentario
Argumentos falaces, príncipe. La política educativa de este gobierno, al igual que en los tres mandatos que llevan en el distrito más rico del.pais, es demoler lo público. Lo hicieron con la salud tbien. Desde su inicio actuó como se esperaba: devolverle el país a los suyos. Todas las acciones remiten a eso. Y van 3 años y LAS FABRICAS CIERRAN. Suspenden a los trabajadores. La casa no estaba bien, pero en vez de aprovechar los puntales firmes, los demolieron y trataron de construir una pileta sobre lo que estaba flojo. Al llenarla de agua prestada (la enorme deuda que pagarán nuestros hijos y nietos), colapso todo y hasta el agua se escurrio (más bien la cargaron en otro camión, obviamente de amigos suyos). Nos quedamos sin la casa y debiendo el agua. Ojalá escape pronto.