Ya en notas anteriores hemos abordado el tema del Presupuesto del Municipio, aprobado a finales del año pasado por el oficialismo y la oposición, del que poco se conoce, porque quienes deberían darlo a publicidad y quienes tienen acceso a él, por diversas razones que no abordaremos aquí, prefieren el oscurantismo y tienen por delante la difícil tarea de intentar ‘bajar al llano’ el complejo entramado legal buscando darle visos de legitimidad.
Intentamos darlo a conocer en algunas de las últimas columnas y así expusimos el dinero que embolsan el Intendente y los Concejales cada mes por las tareas que desarrollan y lo mismo procuramos cuando buscamos explicar la realidad de las tasas municipales. En esta oportunidad intentaremos arrojar claridad sobre otro tema oscuro de la Administración municipal, sus empleados.
Si bien no hay una tabla donde uno pueda ver la totalidad de empleados reales municipales (de planta, transitorios, con contrato de obra, con contrato de locación de servicio y con cualquier otro artilugio legal que pretenda ‘esconder’ la ampliación de la plantilla de empleados), y mucho menos existe una lista en la cual uno pueda saber quiénes son las personas que cobran su sueldo de, entre otros fondos, las tasas que paga el contribuyente, se puede intentar reconstruir una base a partir de la información disponible en el Presupuesto municipal. Por eso a lo largo de esta nota hablamos de empleados presupuestados, quizás coincidan con los reales aunque lo dudamos.
A esta tarea nos abocamos, y hemos encontrado una serie de datos que queremos compartir con usted lector y lectora, con el mismo objetivo de siempre, aportar una visión y una voz al debate ciudadano necesario e imprescindible para construir una sociedad mejor.
Al relevar entonces la información reseñada en el Presupuesto Municipal, la Ordenanza Complementaria del Presupuesto y las Ordenanzas Fiscal e Impositiva del Ejercicio 2018 nos encontramos con que la cantidad total (presupuestada) de personal municipal creció sólo un 2,72%, pero sin embargo el dinero destinado al personal municipal se incrementó un 382,83%. Cada empleado presupuestado le costaba al Municipio, en 2013, $ 51.172,77 y en 2018 un 470% más, es decir, $ 240.525,61. Sólo de 2017 a 2018 se incrementó el 51,22%.
Si bien hemos dicho que en los últimos 5 años la cantidad de empleados municipales (siempre presupuestada) se mantuvo casi estable, es notable el sube y baja que se observa entre los años de elecciones y los que están en medio. Así entonces la plantilla creció (en el período analizado) en 2015 y 2017 respecto al año anterior, en tanto se redujo en 2014 y 2016, también frente al año anterior, con la excepción del año en curso en donde según la normativa se ha presupuestado un empleado municipal más que en 2017.
Otra curiosidad es que de las 9 dependencias analizadas para el período 2013-2018, todas tienen menos empleados que en 2013 con la excepción del área de salud y la de conducción superior. El primer caso es previsible puesto que en 2013 aún no existía la UPA devenida en Hospital Intermedio Municipal Dr. René Favaloro, no lo es tanto el segundo para una Administración que se jacta de descentralizar y otorgar poder a los vecinos. Lo que se ve al analizar los fríos números es que es un gobierno macrocefálico en el cual el poder real, más allá de cualquier discurso, pasa por el Intendente Municipal y su entorno más cercano, en desmedro de una organización en la cual cada área tenga autonomía y recursos para desempeñarse con cierta independencia.
Esta realidad queda expuesta claramente al considerarse el papel del Intendente Municipal. Decíamos en una nota anterior (http://www.eldebate.com.ar/de-manos-sucias-unas-largas-y-guantes-blancos/) que Osvaldo Cáffaro tenía un sueldo de $ 221.239,04 y que este monto estaba ‘atado’ al artículo 125 de la Ley Orgánica de Municipalidades que establece que ‘El Intendente gozará del sueldo que le asigne el Presupuesto, el que en ningún caso podrá ser inferior a diez (10) sueldos mínimos.’ Este frío artículo de una ley es el marco legal para que el gasto presupuestado para el Intendente Osvaldo Cáffaro tenga un aumento del 113,07% entre 2016 y 2018.
Para ser claros, Osvaldo Cáffaro gana hoy, por el mismo trabajo, más del doble de lo que ganaba dos años atrás. ¿Algún lector o lectora tuvo esa suerte?, al final de la nota verá mi mail, lo invito a que me cuente. El incremento presupuestado es desproporcionado y fuera de toda realidad, lo que llama la atención es que nadie lo haya observado o cuestionado. ¿Complicidad?
Ya se ve, es mucha la información existente en el Presupuesto Municipal, la Ordenanza Complementaria del Presupuesto y las Ordenanzas Fiscal e Impositiva de un Municipio, y ya se sabe que cuánto más conocimiento tenga un pueblo, más cuestiona, y aunque es deber del Estado, municipal en este caso, informar a la ciudadanía, el Gobierno Cáffaro elige el silencio y el oscurantismo. El Concejo Deliberante que es quien debe controlar al Ejecutivo, con representación de distintos partidos políticos y frentes, también lo oculta, aunque en este caso posiblemente sea por desconocimiento de lo que ellos mismos aprobaron en diciembre, en forma apresurada, por exigencias del Ejecutivo.
Pero, como dice Silvio Rodríguez, ‘Si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo… [y] el saber no puede ser lujo’.
Publicado en El Debate, Zárate.
http://www.eldebate.com.ar/lo-que-no-quieren-que-se-sepa/