Esta semana que pasó un nuevo femicidio golpeó a la sociedad argentina, y los casos se suceden sin que logremos evitarlos.
Un femicidio cada menos de 30 horas enlutece Argentina, y pese al agravamiento de penas, parece no detenerse. El Estado no articula políticas que los eviten, la Justicia, lenta y tuerta, no colabora de forma decidida para impedirlos, y la sociedad no logra salir de su estupor y exigir a las autoridades acciones concretas que detengan esta serie de asesinatos que parece no tener fin.
Aunque cada muerte es terrible, la acumulación de las mismas y los números estadísticos son alarmantes. Cada día muere una mujer por el hecho de ser mujer. Abusada, ultrajada, violada. Y es necesario empezar a decir las cosas por su nombre. Estas mujeres no son halladas sin vida, estas mujeres son asesinadas, y no importa qué hacían de sus vidas, porque muchas veces pretender morigerar, cuando no justificar, el accionar del asesino por lo que hacía la víctima, lo que importa es que fueron asesinadas por no querer ser parte del juego de un asesino que primero las deseó, luego las violó, y por último las mató.
Y en esto es fundamental que la sociedad en su conjunto haga lo que se debe hacer. Pero hacer cosas en serio, no declaraciones públicas, no proyectos vacíos de contenido, no aplicaciones para celulares. Tenemos que exigir que quienes elegimos para que nos representen lo hagan, y lo hagan bien. Y para ello es central el rol de la Justicia.
Están en manos del Poder Judicial las acciones centrales inmediatas para terminar con este flagelo que tenemos todos, y en especial las mujeres. Están en manos del Poder Judicial los dictámenes para que quienes cometen delitos sexuales no salgan antes de cumplir su condena. Están en manos del Poder Judicial las formas para hacer que vivamos un poco más seguros cada día.
Hoy, cuando una mujer va a su trabajo o facultad, cuando vuelve a casa o va a lo de amigos lo hace con miedo. Y eso, aunque con matices, es responsabilidad de todos. Por eso todos debemos poner manos a la obra para detenerla.
No puede ser que un femicidio se convierta en una noticia policial más. No debemos aceptar y naturalizar esta realidad.
Para que el #NiUnaMenos sea una realidad, no debe haber ni un femicidio más, ni una mujer muerta más por el hecho ser mujer.
Publicado en Diario La Reforma, General Pico.
www.diariolareforma.com.ar/2013/ni-una-mas/
Publicado en Diario 16, Madrid.
http://diario16.com/niunamas/