¿Cuántas ordenanzas hay vigentes en Zárate?
¿Cuáles son?
¿Cuántas se cumplen? ¿Cuáles?
¿Quién las hace cumplir?
Cuando uno recorre las calles de Zárate, ve que la ley imperante es la ley del más fuerte, siente que las ordenanzas que deben guiar la vida en sociedad no existen o, peor aún, no se cumplen ni se hacen cumplir.
Ruidos molestos, suciedad, contaminación visual, invasión del espacio público, venta ambulante, cuadra a cuadra se suceden una tras otra las situaciones en las que la ley de la selva es la vigente.
Entonces es para preguntarse qué parte de ello corresponde a quienes deben cumplir las normas y qué parte a quien debe hacer cumplir las normas.
Cierto es que el Estado no debe configurarse en un gendarme al lado de cada vecino exigiendo el cumplimiento de las normas, pero evidentemente no alcanza con el proceder de quienes intentan actuar de acuerdo a lo establecido, es necesario dar un paso más.
El primero de ellos, sin dudas, debiera ser el conocer qué es lo que se nos va a exigir como vecinos. El saber qué podemos hacer y qué no.
En la apertura de sesiones del año 2014 el Intendente Cáffaro anunció que ‘La digitalización del Digesto Municipal es otro de los programas que está en marcha.’, y ahondó en la apertura de sesiones de 2015 al afirmar que ‘A partir de la firma de un Convenio con la UTN, se ha intensificado el proceso de modernización con la incorporación del Registro Único de la Demanda, el RUD, instrumento que posibilita la integración de políticas en un registro único: Registro Único de la Demanda.’
Pasaron más de dos años del primer anuncio y el digesto no existe, ni digital ni analógico, con lo cual es dable reiterar las preguntas con las que iniciamos el texto.
Y se agregan algunas más… ¿sin un digesto municipal, cómo legislan los legisladores municipales?
Mucho exigimos sobre el apego a las normas, pero ¿a qué normas? No lo podemos exigir si nadie sabe cuáles son.
Sin un digesto municipal, lo único que existe, en consecuencia, es un indigesto municipal.
Publicado en El Debate, Zárate.
