Una de las cuestiones que más se ha criticado del gobierno encabezado por Mauricio Macri es que muchos de sus ministros y funcionarios vienen de ocupar importantes puestos en la actividad privada. Esta situación, per se, no es una incompatibilidad prevista en la legislación vigente, y por lo tanto no puede ser tomada como algo repudiable. En todo caso, y es saludable que así ocurra, puede servir de disparador del debate sobre la mudanza de altos puestos dirigenciales de la actividad privada a la actividad pública.
No es esta la cuestión. El tema es qué se hace desde la gestión pública, qué intereses se favorecen y cuáles se combate, partiendo de la realidad fáctica que un gobierno gobierna a todos pero no para todos, puesto que nunca se podrá contentar intereses contrapuestos.
Dicho esto, lo que deben analizarse son las políticas que se aplican y no tanto quiénes las aplican.
Pasó medio año de la asunción del nuevo gobierno y mucho se discutió en este tiempo sobre las primeras acciones que encaró la gestión Macri. Hubo quienes las apoyaron casi ciegamente y quienes las rechazaron sin siquiera analizarlas, y en medio de ambos grupos la enorme mayoría de ciudadanos que queremos que al país le vaya mejor y que todos vivamos mejor.
Entonces cabe preguntarse ¿cuántas de las acciones encaradas por las nuevas autoridades son propuestas propias y cuántas respuestas a una situación preexistente?
Primero en su discurso de apertura de sesiones y finalmente cumpliendo su promesa de contarle a cada ciudadano el estado del Estado con la publicación de la situación en que encontró el Gobierno el Presidente Macri expuso ante la ciudadanía el cómo estamos… cuál es el punto de partida, pero no puede ser este el muro donde nos lamentemos de cómo estamos, muy por el contrario, tiene que ser la base desde la cual comenzar a construir para revertir la situación.
Han pasado seis meses y ya no basta con denunciar la situación preexistente, eso tiene que ser incorporado a beneficio de inventario en el historial, es necesario comenzar a establecer políticas concretas de cambio.
Llegó el anhelado segundo semestre de gobierno en el que comenzaríamos a ver las consecuencias de las políticas adoptadas y si bien esto está ocurriendo, sin dudas no son las deseadas, al menos no son las deseadas por la mayoría de los ciudadanos que compartimos el esfuerzo que se nos pide, pero queremos comenzar a ver que ese esfuerzo trae aparejado mejoras concretas.
No es lo mismo administrar en la esfera privada que hacerlo en un ámbito gubernamental. El éxito en la administración empresarial no garantiza el éxito en el gobierno. Cuando se gobierna no alcanza con administrar, se necesita mucho más que eso.
Argentina hoy necesita buenos gobernantes, no buenos CEO´s, los argentinos necesitamos buenas políticas a corto, mediano y largo plazo, y para eso necesitamos a los mejores, pero no sólo a los mejores administradores empresariales sino a los mejores ciudadanos dispuestos a hacer las cosas bien, de manera honrada para la mayoría de los ciudadanos.
Llegó el segundo semestre y aún no se avisora la costa… ojalá sea que aún no remamos lo suficiente y no que somos náufragos en medio del mar.
Publicado en La Reforma, General Pico.
www.diariolareforma.com.ar/2013/la-ceocracia-y-el-naufragio/
Publicado en El Debate, Zárate.
www.eldebate.com.ar/n/la-ceocracia-y-el-naufragio