La indignación selectiva del Intendente: un manual de supervivencia política 🎭
El pasado 22 de agosto, y a nuestro entender con razón, Marcelo Matzkin se quejaba en las redes sociales sobre la disparidad en las reglas de juego electorales que provocaba la Resolución de la Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires, involucrando a toda la sociedad zarateña en un problema que, seamos sinceros, era un quilombo interno de Fuerza Patria. En su opinión, esta Resolución ‘destrozaba el sistema electivo’ (en realidad quiso referirse al sistema electoral, pero cuando los que no saben de política quieren opinar académicamente suelen cometer estos errores de principiante).
Y ahondaba Matzkin, con su mejor cara de defensor de la democracia: ‘Este antecedente destruye la confianza en la elección’.
Palabras grandilocuentes. Supuesta indignación de alto voltaje. Un verdadero paladín de las instituciones republicanas… o eso parecía.
El silencio es oro (cuando conviene) 🤐
Pasaron menos de dos meses y una nueva situación electoral puso en tela de juicio la cuestión de las ‘reglas del juego’… aunque en esta oportunidad Matzkin no se pronunció en sus redes sociales. Ni un tweet. Ni un posteo. Ni siquiera un sticker indignado. Silencio de radio, como si nada hubiera pasado.
¿Qué ocurrió? Nada grave, solo que la renuncia a la candidatura de José Luis Espert por las denuncias que recaen sobre su persona respecto a haber recibido dinero de un acusado de narcotráfico, volvió a tensar la cuerda electoral generando una grosera distorsión en el proceso electoral. Pero claro, cuando el escándalo salpica al espacio libertario que Matzkin ha abrazado con fervor, de repente las ‘reglas del juego’ dejaron de importarle tanto.
Quizás por eso cuesta encontrar imágenes de Matzkin junto a Espert cuando este visitó Zárate como parte de su trunca (y ahora vergonzosa) campaña electoral. Memoria selectiva, desaparición (casi completa) en las redes. 📸❌
Pero casi, no completa.
Boleta única: el sistema que iba a revolucionar la democracia (pero terminó siendo un papelón) 🎪
La elección del próximo 26 de octubre sería la primera vez que se utilizará el sistema de boleta única para la selección de quienes queremos que nos representen en la Cámara de Diputados de la Nación. Por el propio sistema, como así también por ser la primera vez que se utiliza, la puesta en marcha requería de un esfuerzo adicional por parte de todos los actores políticos y, fundamentalmente, de un compromiso con la institucionalidad democrática.
El más importante era que la ciudadanía se familiarizara con el sistema, algo que el accionar del candidato apoyado por Matzkin puso en jaque. Y sin embargo, eso no le pareció una vergüenza. Ni una palabra. Ni un tuit de preocupación cívica. Nada de nada.
La utilización de una boleta única, obvio es decirlo (aunque quizás no tanto para algunos), significa que todos los candidatos están en un mismo papel, lo cual hace que todas las identificaciones sean iguales, que se sortee el orden en el cual son incluidos, para que todos estén en equidad de condiciones a la hora de ser elegidos. Dado que lo que se imprime es solo el material a utilizar, se imprime el equivalente a un padrón electoral, mientras que en el sistema anterior cada fuerza mayoritaria imprimía el equivalente a dos padrones. Es de esperar, en consecuencia, una menor erogación de dinero en lo referente a la impresión de boletas. Toda una innovación republicana, vamos.
El supuesto ‘narcodiputado’: cuando mirar para otro lado es un arte 🙈
A Matzkin no lo indignó el haber llevado como candidato, y haber acompañado en la campaña electoral, a un candidato acusado de ‘narcodiputado’, quien tras mucha insistencia (ajena, no propia, por supuesto) terminó por aceptar que había cobrado U$S 200.000 por un trabajo que no hizo. Ni una mención al tema en sus prolíficas redes sociales. Nada de nada. Silencio sepulcral. Como si esos paseos de campaña nunca hubieran existido.
Porque cuando las denuncias de narcotráfico involucran al candidato que apoyaste, de repente la ética política se vuelve un concepto relativo, ¿no? Las convicciones profundas se transforman en sutiles matices grises. Lo que antes era ‘destruir la confianza en la elección’ ahora es apenas un detalle administrativo sin importancia.
La reimpresión: gasto excesivo o inversión democrática (según quién lo pague) 💰
La renuncia de Espert a la candidatura generó que la alianza La Libertad Avanza solicitara la reimpresión de las boletas, algo que a Matzkin no le pareció una vergüenza ni un gasto excesivo. Curiosa disparidad de criterio para alguien que apenas dos meses antes se rasgaba las vestiduras por cualquier alteración del proceso electoral.
Quizás con el resultado puesto diga que sí fue un despropósito (como cambió el discurso con la utilización del Nunca Más tras la dura derrota electoral del 7 de septiembre, pero esa es otra historia de oportunismo que ya hemos contado). La coherencia es para los débiles, parece ser el nuevo lema.
Sin embargo, el pedido no fue aceptado y José Luis Espert figurará en la boleta única, lo que llevó a La Libertad Avanza a hacer una campaña bajo el insólito lema ‘Para votar al colorado, marcá al pelado’.
Una joyita de marketing político que convierte el proceso electoral en un juego de adivinanzas. Pero a Matzkin esto tampoco le pareció una burla al sistema democrático. Total, ¿qué importa que la gente se confunda?
Santilli y la paridad de género: ilegalidad funcional 
Tampoco le pareció mal que se forzara la ley de paridad de género para que el ex menemista Diego Santilli encabezara la lista bonaerense de candidatos a diputados nacionales. Al fin de cuentas, Matzkin ya no opina como vociferaba mientras era concejal, cuando sostenía con vehemencia que esta forma de reemplazo era ilegal.
Pero cuando asumió como Intendente y le sirvió la ilegalidad hecha por Matilla, mágicamente modificó su pensamiento y su accionar.
La ilegalidad deja de serlo cuando te beneficia, parece ser la nueva doctrina matzkinista. Una suerte de relativismo jurídico-político adaptado a las necesidades del momento.
De Lebensohn a Maquiavelo: la involución ideológica de Matzkin 
Cuando asumió, Marcelo Matzkin recordó una frase que le decía su papá, Enrique Matzkin, citando a Moisés Lebensohn: ‘Doctrina para que nos entiendan y conducta para que nos crean’. Palabras hermosas, profundas, llenas de ese romanticismo político que tanto le gusta exhibir.
Hoy Matzkin no tiene ni doctrina ni conducta: va para donde le conviene. Va donde sopla el viento. Va donde lo llevan las encuestas, los apoyos coyunturales, las alianzas de ocasión. Un veleta de la política.
Lejos quedaron aquellas palabras de Leandro Alem (porque hay ignorantes que tildan a Matzkin de radical cuando no solo no lo es sino que ni siquiera fue ni es afiliado a la UCR) quien sostenía que ‘Nunca he participado de esa idea de que en política se hace lo que se puede y no lo que se quiere. Para mí hay una tercera fórmula que es la verdadera. En política, como en todo, se hace lo que se debe, y cuando lo que se puede hacer es malo, ¡no se hace nada!’.
Matzkin llevó el pensamiento de Alem a un estadio superior (o más bien inferior): ni lo que se puede, ni lo que se debe… él hace lo que le conviene. Una suerte de pragmatismo darwiniano donde la única ley es la supervivencia política, cueste lo que cueste, pase sobre quien pase, destruya lo que destruya.
La doble vara en acción: un resumen para distraídos 
Por eso lo que lo molestaba en septiembre, en octubre ya ni le molesta.
Por eso rápidamente dio vuelta la página y dejó atrás sus paseítos electorales con Espert para decir que ahora es todo con el Colo (Santilli). Como si nada hubiera pasado. Como si esas fotos de campaña fueran un deepfake o un photoshop mal hecho.
Por eso es de indignación selectiva. Como esos controles de tránsito que aparecen en algunos barrios y en otros brillan por su ausencia. Como esos servicios municipales que funcionan en Fox (Juan Manuel Iglesias dixit) y desaparecen en el resto del distrito. Como esa realidad paralela que intentan venderle a los zarateños de a pie mientras la gestión cotidiana hace agua por todos lados.
Porque al final del día, lo que Matzkin practica es el arte más antiguo de la política criolla: decir una cosa, hacer otra, y cuando te confronten con tus contradicciones, simplemente mirar para otro lado y cambiar de tema. Un manual de supervivencia política que haría sonrojar hasta al más avezado de los operadores.
Epílogo: el chiste que se cuenta solo 
NOTA IMPORTANTE: Volviendo al mensaje en X donde Matzkin se quejaba de las irregularidades, no dé ideas al decir ‘Lo único que falta es que ahora el voto a la lista de Fuerza Patria valga doble’, porque si así fuera no hubiera metido ni un concejal: no solo perdió sino que además lo palicearon. Una golpiza electoral de manual que conviene olvidar rápidamente.
Pero eso sí, sigamos hablando de las ‘reglas del juego’ cuando conviene, y callándonos cuando no. Total, la memoria de los zarateños es corta, ¿no? O al menos eso creen los dirigentes en el Palacio Municipal.
‘Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror.’
RODOLFO WALSH – AGENCIA CLANDESTINA DE NOTICIAS
