Finalmente se realizó la consulta a las bases de Podemos para que decidieran si ‘¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir al frente de la secretaría general de Podemos y de la portavocía parlamentaria?’.
Los resultados fueron mayoritarios en apoyo a la pareja líder del grupo político, pero es curioso que el 30% de los participantes se opusieran a la continuidad de la conducción actual, siendo que la pregunta era tan amplia, puesto que en realidad buscaban licuar la responsabilidad de actuar éticamente o no, detrás de la posibilidad de mantenerse o no al frente de la agrupación.
En realidad lo que estaba en juego no era una cuestión de liderazgos sino una cuestión que la trasciende, una forma ética de actuar, una forma de ser. Cierto es que, según Silvio Rodríguez, ‘en un amable festín se suele ver “combatir”’, y no menos cierto es que no se es necesario ser analfabeto para luchar contra el analfabetismo, pero tampoco hay que abusar.
Lo que hicieron Iglesias y Montero no es ético, puesto que no pueden validar con sus hechos lo que proclaman a los cuatro vientos. Lo que hicieron Iglesias y Montero es peronismo explícito, quizás influenciados por el seguimiento de este movimiento que hace Íñigo Errejón, y ponen el guiño a la izquierda para girar a la derecha. Como decía mi abuelo, predican la moral con la bragueta abierta.
Y como si no bastara con haber actuado con una ética dudosa, la sostienen en el tiempo. Tras conocerse los resultados Iglesias afirmó que ‘Nos hemos enfrentado al más poderoso de los adversarios, la casi total unanimidad de la opinión publicada, que ha sido capaz de convertir un asunto privado en un debate público nacional’. Lamento decirle Iglesias que cuando usted decidió ser un representante del pueblo sus asuntos dejaron de ser privados, porque lo que está en cuestionamiento no es la compra de la propiedad sino el realizar acciones que usted mismo critica, y eso, volviendo a Rodríguez, ‘no es lo mismo ni es igual’.
Para poder construir una buena casa es necesario tener buenos cimientos, y hoy, cuando se debate la moción de censura al gobierno corrupto del Partido Popular, hay que demostrar que no solo se anuncia que se es diferente sino que se actúa diferente. Por eso hoy es necesario dar el paso para que los delincuentes dejen de ser gobernantes y hacerlo desde otro lugar, así que con humildad va una sugerencia… un poco menos de peronismo y un poco más de radicalismo, para que los cambios reales sean cambios de raíz, respetando el intelecto de los ciudadanos.
Les propongo seguir lo que decía y hacía Leandro Alem, fundador de la Unión Cívica Radical argentina, y asumirlo como una guía de acción. Decía hace ya más de un siglo que ‘El deber no se cumple sino haciendo algo más de lo que el deber manda.’, y hacerlo tanto la esfera pública como en la privada, que en la vida de un dirigente político, y más aún si se es representante popular, no son más que las dos caras de una misma moneda.
Sólo entonces no será fácil el ‘agitar un pañuelo a la tropa solar…’
Publicado en Diario 16, Madrid.
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