Decía Mario Benedetti en el poema ‘Las Palabras’, ‘No me gaste las palabras | no cambie el significado | mire que lo que yo quiero | lo tengo bastante claro’. Y dijo la ex Presidente argentina Cristina Fernández en una entrevista reciente que ‘haber terminado tres períodos de gobierno sin haber tenido que lamentar una víctima por la represión lo vivo con mucho orgullo y tranquilidad’. Es evidente que Cristina Fernández no leyó a Benedetti o, si lo hizo, no tiene interés en seguir su propuesta, puesto que gasta las palabras y las utiliza para mentir.
Lo que afirma Fernández es rotundamente contrariado por información suministrada por la CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional), una de las instituciones más respetadas en lo que a violencia oficial se refiere.
Según esta institución durante los doce años de gobierno peronista encabezados por Néstor y Cristina Fernández hubo 3070 asesinados por gatillo fácil y tortura en lugares de detención. 21 asesinados en la represión a movilizaciones populares y 70 desaparecidos. Esta realidad debiera bastar para pedirle explicaciones a la ex Presidente para que dé cuenta de lo ocurrido durante su gobierno, y le debiera quitar, entre otras cosas, el sueño, puesto que ella afirma que ‘no dormiría bien si tuviera que lamentar que por reprimir un piquete murió una persona’.
Ya ve, los datos que aporta la CORREPI bastan para mantenerla en vela o con mal sueño por mucho tiempo.
Sin embargo, la ex Presidente sigue gastando las palabras y pretende erigirse como campeona moral en la defensa de los derechos humanos, la misma persona que no hizo nada, absolutamente nada, en pos de los derechos humanos cuando las cosas estaban complicadas, hoy pretende reescribir la historia. Es como si el Partido Popular pretendiera dar clases de honorabilidad y honestidad, o la Corona española de participación popular o igualdad ante la ley, un verdadero oxímoron.
Incluso pretenden utilizar estos temas de manera electoral, y el ejemplo es la desaparición de Santiago Maldonado. Todos estamos en favor de su aparición con vida, y que esta sea ya, pero pretender hacer un uso electoral de su desaparición es algo vergonzoso y vergonzante, y dice mucho de quien emprende ese camino.
Por eso, volviendo al inicio, a las palabras de Mario Benedetti, señora Cristina Fernández ‘No me ensucie las palabras | no les quite su sabor | y límpiese bien la boca | si dice revolución’.
Publicado en Diario 16, Madrid.
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