Esta semana ocurrieron dos hechos que, en medio de la maraña informativa, no tuvieron la trascendencia que merecen pero no por la información que suministran, sino por lo que significan intrínsecamente en términos de republicanismo y transparencia.
Tras muchos años de reclamo, con una lucha judicial en medio, y pese a la oposición de quienes eran funcionarios en el gobierno anterior y quienes son funcionarios en este gobierno, finalmente Yacimientos Petrolíferos Fiscales entregó el acuerdo con Chevron para la explotación de Vaca Muerta en forma completa. Ya no hay tachaduras ni ocultamientos, el ex Senador Rubén Giustiniani consiguió que, a través de su lucha, los argentinos tengamos garantizado el acceso a la información, que el Estado sea más transparente.
El segundo hecho es que el INDEC volvió a publicar, luego de varios años de no hacerlo, la valorización mensual de la Canasta Básica Alimentaria y de la Canasta Básica Total, es decir, después de tres años los argentinos volvemos a contar con información certera de cuál es la realidad socioeconómica del país para poder accionar sobre ella y modificarla. Sólo con información fiable se pueden adoptar decisiones correctas.
Estos dos hechos muestran claramente un cambio de rumbo respecto a los valores que se imprimen a la hora de gobernar. Por un lado el respeto a la Justicia para asumir lo que ésta resuelve y dar transparencia de lo actuado por una empresa de capital mayoritario estatal, por el otro exhibir la realidad, por cruda que sea, para entonces poder actuar, para que deje de haber sensaciones y empiece a haber realidades.
Durante muchos años los argentinos vivimos como dentro de un cuento en donde se exacerbaban las buenas noticias y se ocultaban o morigeraban las malas, pero es necesario que dejemos de lado ese país jardín de infantes en donde todo es un mundo de fábulas y cuentos y crezcamos para convertirnos en un país que asume sus aciertos y sus errores, y que a partir de ello, construye su porvenir.
Será doloroso porque nos enfrentaremos a cuestiones ingratas, pero siempre es preferible conocer toda la realidad, porque sólo así se la puede modificar… los cuentos sólo son para los niños o para el humor… y la situación no es para reírse ni para soñar, sólo trabajando y esforzándonos por modificar la realidad podremos entonces tener el país que soñamos.
Publicado en La Reforma, General Pico.
http://www.diariolareforma.com.ar/2013/sensaciones-y-realidades/