Zárate tiene graves problemas con el suministro de agua a la población, lo cual genera que grandes porciones de la traza urbana no tenga acceso normal a tan vital líquido durante gran parte del día, durante varios días… aunque el ‘lago’ del Parque Urbano se llene con agua potable, que cada vez es menos potable.
Zárate empieza a evidenciar graves problemas en los desagües cloacales que, por ejemplo, en la esquina de Lavalle e Independencia los residuos cloacales salen a la vía pública sin control.
Zárate tiene graves problemas de seguridad, y más allá de los ‘pequeños’ robos denunciados diariamente en las redes sociales, el sábado anterior quedó expuesta la realidad sobre el tema cuando un asalto terminó con la víctima del mismo matando al asaltante.
Zárate está destruida en su espacio público con calles y veredas ‘bombardeadas’ y espacios verdes que lejos están de ser espacios de recreación para los vecinos del Partido.
Zárate archivó el fantasmagórico Master Plan Hábitat Solidaridad Urbana, aprobado entre gallos y medianoches (lo cual es una frase poética, porque gallos no hay uno, y a medianoche no trabajan ni equivocados) por el Concejo Deliberante sin dar explicaciones de su fracaso y, mucho menos, del dinero destinado a él.
Zárate está destruyendo su patrimonio histórico y se vanagloria de dicho accionar.
Zárate tiene una elevadísima tasa de positividad de COVID-19 que se ubica por encima del 40%.
Zárate superó el 10% de su población contagiada por COVID-19.
Zárate tuvo la última semana epidemiológica índices de contagios entre su población escolar que no se vivían desde mediados de diciembre pasado.
Zárate, la última semana, aplicó más del 16% de las primeras dosis aplicadas a vecinos que no son de Zárate. En el caso de las segundas dosis fueron más del 30%. Durante toda la campaña de vacunación estos índices se ubicaron en más del 11% de las primeras dosis y más del 16% de las segundas dosis.
Zárate tiene un vacunatorio VIP sobre el que no se dieron explicaciones.
Zárate pasó los 350 muertos por COVID-19, aunque el Municipio en su discurso mentiroso aún no lo haya asumido.
Zárate no aportó ni una cama para mejorar la infraestructura de terapia intensiva del Distrito de cara al tratamiento de casos graves de COVID-19.
Zárate tiene en construcción un polideportivo al que le dedican millonarias cantidades de dinero que podrían ser destinados a cuestiones más prioritarias, como por ejemplo la higiene y salud pública.
Zárate tiene un equipo de básquet profesional por el solo capricho de frustrados deportistas que pretenden conseguir desde el escritorio lo que no supieron conseguir en la cancha.
Zárate tiene un Concejo Deliberante que no está a la altura de las circunstancias, donde la mayoría de los integrantes ni siquiera saben para qué están en el cargo ni están capacitados para ocuparlo.
Zárate tiene de todo, muchos vecinos que quieren un Municipio mejor y un puñado de ciudadanos que desde el poder se preocupan por sus propios intereses y no por los de la mayoría de la población.
Y hasta tiene un Intendente que, estando Zárate como está, se va un fin de semana a Plaza Huincul para ver jugar a Zárate Basket el cuadrangular de octavos de final de Torneo Federal de Básquetbol. Sí, Osvaldo Cáffaro en lugar de estar en Zárate tratando de resolver la ingente cantidad de problemas que tiene el Municipio se fue junto a su chofer a Neuquén a ver a su equipo fetiche.
Es legal, es ilegítimo.
El intendente hace lo que quiere y nadie hace nada para obligarlo a hacer que haga lo que debe hacer.

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