Vamos a estar peor

Hay momentos en que uno cree que no puede estar peor que lo que está, y sin embargo la vida nos pone a prueba demostrándonos que siempre se puede estar peor.

Tras la mala Presidencia del Concejo Deliberante de Aldo Morino, que incluyó el cierre del Concejo, llegó la Presidencia de Leandro Matilla.

Tras la pésima presidencia del Concejo Deliberante de Leandro Matilla, que incluyó el accionar ilegal amparado en una mayoría circunstancial, llegó la Presidencia de Walter Unrein.

Y Unrein no desentona con sus antecesores, porque creíamos que no se podía estar peor que lo que se estaba y nos demostró que siempre se puede estar peor.

Con mano férrea ejerce una censura en el funcionamiento del Concejo Deliberante, incluso para con los propios concejales.

No publica las actas de las sesiones, no publica los proyectos presentados, no permite que personas (bueno, algunas sí, depende quien sea) externas al Concejo puedan conocer los proyectos presentados antes que ingresen al Concejo Deliberante, y ni siquiera permite que se fotografíen los proyectos para su lectura.

¿Cómo se puede pretender que los concejales lean, analicen y estudien los proyectos previos a su tratamiento si no tienen conocimiento de los mismos? Encima después imponen la mayoría circunstancial de la que gozan, práctica de la que se quejaban cuando eran minoría, y en un tratamiento exprés aprueban los proyectos.

De hecho en la última sesión hubo un cuarto intermedio para cumplir con las formas y los deseos del Intendente Matzkin, ‘discutiendo’ y aprobando proyectos que ni siquiera se habían podido leer.

En realidad el problema es que publiquemos previo a la sesión cuáles son los proyectos que se pretende abordar, desnudemos el mal funcionamiento del Concejo Deliberante y expongamos ante los vecinos el nulo o mal accionar de los concejales, que prefieren seguir actuando a escondidas y mostrando solo lo que quieren y desean.

Pero, ¿qué se puede esperar si quien preside el Concejo Deliberante, Walter Unrein, se había comprometido a no volver a presentarse como candidato a concejal y después incumplió su compromiso? ¿Cómo pedirle que cumpla las normas a quien ni siquiera cumple con su palabra?

En la última sesión, amparado por casi la totalidad del cuerpo y la cara de fastidio de Smithers Olivera, además violaron el Reglamento Interno del Concejo Deliberante.

No solo pretendieron aprobar, y aprobaron, tres actas de sesiones previas, aunque el Reglamento Interno fija en su artículo 36 que ‘El Presidente pondrá a consideración del Cuerpo el Acta de la Sesión anterior, la cual si no merece objeciones quedará aprobada.’, además, tal como expresó el concejal Lautaro Fenestraz en la sesión, los concejales no tuvieron a su disposición las actas que, increíblemente, aprobaron. Inmorales.

Creíamos que tras Aldo Morino no podría haber peor Presidente del Concejo Deliberante local y llegó Leandro Matilla.

Entonces creímos haber tocado fondo y llegó Walter Unrein.

Por delante no aparece un horizonte venturoso, al fin de cuentas y aunque parezca increíble, siempre se puede estar peor.

Qué se puede esperar si, por ejemplo, la semana pasada el Intendente Marcelo Matzkin hizo público un agradecimiento al Diputado Matías Ranzini en las redes sociales por un regalo que éste le hizo, pero lo más curioso es el mensaje que está detrás del regalo.