Marx tenía razón

Tiempo atrás dijimos ‘No saben lo que ocurre en el recinto, no saben lo que ocurre en el Concejo Deliberante y no saben ser concejales.

No tienen idea de cuáles son los roles que ocupa cada representante en el andamiaje legal del Estado municipal y no tienen idea las diferentes legitimidades que, más allá de una misma legalidad, tiene cada uno.

En criollo, Olivera no tiene idea donde está parado.’

El tiempo demostró que no nos equivocamos porque en una nueva aparición estelar en los medios, generada por una gacetilla de prensa propia, Olivera expuso una vez más su incompetencia.

En esta oportunidad su puesta en escena tuvo que ver con la denuncia que hicieron los propietarios de la construcción erigida en la isla en la costanera, quienes esgrimieron que el gobierno local los intimó. Este accionar gubernamental se justifica en la Ordenanza aprobada recientemente por la que el Deliberativo dio al Ejecutivo potestades al margen de la ley.

A ese pony se subió Olivera procurando ganar una visibilidad que no logra por su intrascendente gestión como concejal y defendió una postura por demás polémica.

‘Es claro, acá no hubo licitación ni nada, menos aprobación por parte del Concejo Deliberante, vamos a citar a la titular de esa construcción ilegal para que dé las explicaciones de por qué avanzó con una construcción en un espacio público sin la autorización del Concejo Deliberante y cómo consiguió a dedo que el ex intendente le firme un papel no registrado en la mesa de entradas del Concejo Deliberante’ afirmo Olivera, pero su pronunciamiento deja más dudas que certezas.

¿Quienes pintaron el espacio público sí participaron de una Licitación? ¿Lo aprobó el Concejo Deliberante? ¿A quién citarán por la vandalización del espacio público? ¿A quién le pedirán explicaciones de por qué avanzaron en un espacio público sin la autorización del Concejo Deliberante? ¿Cómo consiguieron el silencio cómplice de las autoridades municipales?

Pero además la construcción no emergió repentinamente el último fin de semana. ¿Qué hicieron los legisladores de su espacio, el propio Intendente Matzkin entre ellos, al respecto durante el gobierno de Osvaldo Cáffaro? ¿Qué hicieron los legisladores de su espacio, él mismo entre ellos, al respecto durante el gobierno de Marcelo Matzkin? ¿Cinco meses tardaron en darse cuenta que había una construcción en dicha isla? ¿Hicieron alguna presentación judicial por usurpación del espacio público o todo se reduce al marketineo, como nos tienen acostumbrados?

¿La transición no había sido ordenada como se merecen los ciudadanos de Zárate?

Respecto a la importancia de las licitaciones, raro que Olivera calló sobre la compra directa que se utilizó para, con la excusa de la emergencia por la tormenta de diciembre pasado, garantizar el negocio de la basura a cambio de más de $1600 millones, como tampoco dijo nada de la compra directa de vehículos que realizó el Municipio, que salieron más caros por haberlos pagado con retardo, y que uno de ellos es utilizado por el Intendente cuando públicamente había negado tal posibilidad.

¿Esto significa que una situación justifica la otra? No, pero no se puede modificar la posición ni la forma de actuar de acuerdo a la conveniencia del momento. Mucho menos cuando la conveniencia es ajena y uno no es más que un mero obsecuente del discurso oficial.

¿Dijo algo Olivera respecto a la vandalización del espacio público? No, nada, porque si algo es Olivera es ser obediente. Si su Jefe no habla, él no habla. Y si habla lo hace con la autorización o a pedido del Jefe. ¿Dirá algo si Zárate se sigue tiñendo de celeste al margen de la ley? Solo si se lo piden.

¿Se lo habrán pedido en la última sesión? Si se lo pidieron ya se deben haber arrepentido, porque desde el liberalismo que pregonan demostraron que Marx tenía razón.

Harpo Marx decía “Es mejor mantener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y despejar todas las dudas’, el concejal Olivera es la demostración empírica que Marx tenía razón.