¿La vida no vale nada?

Y su frase esconde una maquiavélica interpretación del rol del Estado como prestador de servicios a cambio del pago de las tasas por la prestación de los mismos, cuando el Estado, en esta etapa, tiene otro rol. El Estado cohesiona socialmente, brinda oportunidades a quien no las tiene, procura emparejar una realidad que para muchos es desigual desde antes de nacer.

Afirma Matzkin que no habrá que sorprenderse si dentro de tres años quien no pague las tasas no puede ser parte de las colonias municipales, y lo dice sin sonrojarse, porque sus hijos van a una colonia privada, que paga puntualmente porque si no, no los dejarían entrar, mientras él no paga las tasas municipales.

Las colonias municipales: más allá del pago de tasas

Las colonias municipales tienen otro fin. De hecho el Intendente, si pagara las tasas municipales, no enviaría sus hijos a ellas.

Las colonias municipales procuran igualar dando una posibilidad a quienes no tienen posibilidades de participar de las colonias de vacaciones privadas y/o de los clubes. La mayoría de quienes participan en ellas, participarían de la colonia de un club si tuvieran la posibilidad económica. No van a las colonias municipales porque quieren, van a las colonias municipales porque es a lo que pueden concurrir.

Si el pago de tasas se convierte en un requisito excluyente, ¿qué otros servicios públicos podrían ser vedados en el futuro?

¿Un Estado para todos o solo para contribuyentes?

¿Qué sigue? ¿Que quien no paga no puede utilizar los servicios que brinda el Municipio? El Intendente no podría salir de su barrio privado y llegar al Municipio porque debe tasas y las calles del Municipio se mantienen con la recaudación de los contribuyentes locales. Muchos de sus vecinos también deben las tasas municipales y acumulan gruesas deudas.

Sin embargo Matzkin recurre a la remanida idea de que nada es gratuito sino que alguien lo paga, algo que es una verdad de Perogrullo. Obvio que nada es gratis y que alguien lo paga, lo pagamos quienes más posibilidades tenemos para que quienes tienen menos posibilidades puedan mejorar su realidad.

La obligación moral de la solidaridad

Es una cuestión de prioridades. Los que más tenemos, los que ‘tenemos el lujo de no tener hambre’, al decir de Joaquín Sabina, tenemos la obligación moral de contribuir para que todos puedan disfrutar de lo que nosotros disfrutamos.

Pero la idea que Matzkin esbozó al pasar no es nueva, ya habían pretendido implantarla en ocasión de la convocatoria a la Audiencia Pública acerca de la pista de Cuarto de Milla en Lima, pista que el ‘inversor’ anunció que no se haría como estaba previsto y que ya comunicó al Intendente y el Presidente del Concejo Deliberante, pero que ambos funcionarios eligieron ocultar a los vecinos.

En aquella oportunidad el Concejo Deliberante, por unanimidad, votó la Ordenanza 5166 que en su artículo 5 establecía ‘Por su parte, el Departamento Ejecutivo Municipal habilitará un registro en la Subsecretaría de Asuntos Legales que se mantendrá hasta 72 horas antes de la fecha de la audiencia pública, donde deberán anotar a toda persona física o jurídica con domicilio en el Partido de Zárate que manifieste su interés legítimo en participar de esta Audiencia Pública. Las personas registradas deberán acreditar ser contribuyentes de las tasas y contribuciones municipales e impuestos provinciales y presentar un libre deuda de los mismos.’. Curioso, el Intendente no hubiera podido participar de la Audiencia.

Claramente hay una tendencia hacia la idea de pagar por lo que se recibe… aunque las obras que el Municipio pueda hacer en beneficio de esos pagadores se prorrateen entre todos los contribuyentes.

Mal vamos por esa senda. La Municipalidad no es una empresa, es parte del Estado y el Estado no es una empresa. El Estado debe intentar brindar iguales posibilidades a todos los ciudadanos, por el hecho de ser ciudadanos y no como contribuyentes o clientes, igualando las posibilidades de acceso a una mejor calidad de vida.

¿Cuál es el sentido del Estado si no? ¿Cuál es el sentido del Estado para el Intendente? ¿Por qué se postuló para este puesto?

La ecuación no es tanto pagás, tanto tenés… y mucho menos para quienes no tienen casi nada.

Los que comemos todos los días (y elegimos qué comemos), nos bañamos con agua caliente cuando queremos, nos abrigamos en invierno y nos refrescamos en verano, tenemos la obligación moral de hacer todo lo posible para que ‘otros puedan tener lo que uno disfruta y ama’.