Las últimas elecciones en la Provincia de Córdoba, donde el oficialismo sufrió una dura derrota, dispararon los más diversos análisis sobre lo que vendrá en los próximos comicios de octubre, donde los argentinos elegiremos Presidente de la República.
Hay quienes entienden que el amplio triunfo de la fórmula encabezada por Juan Schiaretti posiciona sobre el tablero una tercera opción, como alternativa a la tan mencionada grieta. Esta opción ya fue rechazada por el propio gobernador y, además, es refutada por la historia, puesto que en la provincia mediterránea Schiaretti ya había triunfado cuatro años atrás y, en el mismo distrito, el triunfo de Macri fue arrollador.
También están quienes creen que esta nueva derrota del oficialismo, que enlaza con las siete anteriores, presupone el escenario que tendremos en octubre con un triunfo de Unidad Ciudadana, pero a nuestro entender no se puede trazar un análisis lineal, puesto que al desdoblarse las elecciones la realidad local influye mucho más en las elecciones locales, votándose con diferentes lógicas en las elecciones presidenciales y las restantes.
Esta realidad también se observa con claridad en Zárate, donde tan solo en dos oportunidades el partido que triunfó en las elecciones locales ejecutivas fue el que triunfó en las elecciones nacionales, porque el elector cada vez elige menos en función de un proyecto común entroncado desde el ámbito nacional al ámbito local, y privilegia la selección de candidatos por encima de la elección de propuestas.
Así entonces Osvaldo Cáffaro fue electo Intendente en 2003 por la Coalición Cívica, pese a que meses antes había sido el Frente para la Victoria quien había triunfado en las elecciones nacionales, y si bien en su primera reelección fue parte de la lista que triunfó a nivel nacional, pero en 2015, una vez más, la lista local triunfante no fue la que triunfó a nivel nacional.
Así como el radicalismo no logró triunfar en 1983 pese al triunfo de Alfonsín, 32 años después le ocurrió lo mismo a Cambiemos pese al triunfo de Macri.
El mes próximo se cierran las listas electorales y comenzará a configurarse el esquema electoral, inicialmente con la conformación de alianzas electorales y posteriormente con la designación de candidatos.
La historia demuestra que, por tratarse de una elección ejecutiva, primará la lógica local por sobre el interés nacional y si bien la inflación o la situación económica tendrá injerencia, lo que determinará más el voto tendrá que ver con el bacheo, el sistema de transporte o la inseguridad. Para los vecinos, e incluso para muchos funcionarios y representantes, el gobierno municipal es tan solo el Intendente, por lo que en las elecciones eligen quién resolverá sus problemas cotidianos.
Esta realidad la supo entender el socialismo en los ’80 y Nuevo Zárate desde hace 12 años, ¿el resto de las fuerzas habrán hecho una correcta lectura de la historia electoral zarateña y sus comportamientos o seguirán insistiendo en recetas importadas que poco que tienen que ver con la realidad local?
En las próximas semanas comenzaremos a conocer las respuestas, pero lo visto hasta el momento no augura respuestas positivas.
Publicado en El Debate, Zárate.
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