Mucho se habló en los últimos días del denominado baile del canje de pasajes en la Cámara de Diputados de la Nación, y como dice el dicho, la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer.
Como casi siempre ocurre cuando se cuestiona una norma, lo que en realidad cabe cuestionar es su aplicación, puesto que la construcción teórica del acto es buena pero su llevada a la práctica no, entonces como un efecto boomerang lo bueno se convierte en malo y lo que era una herramienta para intentar hacer las cosas bien se convierte en un arma para garantizar hacerlas mal, veamos el ya citado tema de los pasajes que recibe mensualmente cada Diputado Nacional.
Cada mes cada uno de ellos recibe 20 pasajes aéreos y 20 pasajes para ómnibus para ser utilizados en el desarrollo de su actividad, situación que me parece correcta ya que los legisladores son Diputados de la Nación elegidos por el pueblo de una provincia, pero deben legislar para la totalidad del territorio del país, y si realmente quieren hacer las cosas bien deben viajar para conocer personalmente las realidades de toda la República y dialogar con sus representados sean del lugar que sean. En este análisis no tengo en cuenta los viajes a sus lugares de origen puesto que los legisladores del Interior del país por trabajar en Buenos Aires reciben un plus de desarraigo que entiendo es el que deben destinar, entre otras cosas, para trasladarse.
Pero volviendo al caso de los pasajes si alguien quiere desarrollar un proyecto de ley para el desarrollo de las poblaciones cercanas a los campos petroleros de la Patagonia, lo primero que debiera hacer es conocer a las poblaciones cercanas a los campos petroleros de la Patagonia, y para situaciones como esa están destinados los pasajes entregados a cada legislador.
Pero como dijimos, un buen planteo teórico, mal llevado a la práctica, puede ser de las peores acciones ya que ante esta realidad hubo legisladores que plantearon que ellos se movilizaban en auto por lo que debían tener un trato similar a quienes se movilizaban en avión o micro, y recibir compensación de sus gastos de traslado. En consecuencia, la Cámara de Diputados de la Nación autoriza el canje de los pasajes, equivalentes a un monto de $1350 los tramos aéreos y $650 los tramos terrestres. Proceder que es de antigua data, muchas veces cuestionado pero quizás ésta sea la oportunidad para que se derogue y comience a transparentar los métodos utilizados en el Congreso Nacional, Legislaturas Provinciales e incluso en las Municipalidades.
Ahora bien, no había (ni hay) control alguno en que el dinero canjeado efectivamente se utilizara para su gestión como legislador, como tampoco lo hay sobre la utilización de los tramos pagos. Por lo tanto la discusión es anterior al canje, en mi opinión, y debería ser sobre por qué un ciudadano que ocasionalmente tiene la responsabilidad de trabajar como legislador tiene la potestad de otorgar a quien él quiera y por la razón que él quiera, pasajes gratuitos. En las condiciones actuales los pasajes se utilizan para que el legislador o algún asesor se trasladen a conocer una realidad que les resulta imposible asir desde detrás de un escritorio en Buenos Aires, para garantizar un viaje de descanso por el interior del país, para ‘donar’ a un ciudadano que requiera movilizarse (en general esto suele ocurrir cuando residentes del interior deben atenderse clínicamente en Buenos Aires)… o para engrosar los bolsillos de su titular al canjearlos por dinero.
Entonces surgen varias preguntas. 1. ¿Por qué los pasajes no son nominales para el legislador y su equipo? Y de esa manera se acaba la dadivosidad de los legisladores que hacen caridad con dinero ajeno, porque claro está que no es el legislador quien saca de su bolsillo el dinero para la compra del pasaje, aunque en la práctica lo sienta así porque cada pasaje que entrega es menos dinero que puede guardar en su cuenta bancaria. 2. ¿Por qué el canje no se realiza, en caso de no utilizarse estos servicios y movilizarse en auto, por vouchers de combustible? De esta manera habría posibilidad de cubrir los gastos de todos, pero contra un uso efectivo. 3. ¿Por qué hay un monto fijo de pasajes mensuales? ¿No puede haber casos en los que se necesiten más… o menos? 4. ¿Por qué no hay transparencia en el procedimiento y se facilita el acceso de la ciudadanía a esta información? ¿Por qué los legisladores esconden la información?
Finalmente lo que resulta necesario es que aquel Diputado que necesite desplazarse o desplazar personal de la Cámara, proceda a emitir la solicitud de los pasajes necesarios nominados y la Cámara otorgarlos y controlar su buen uso.
Pero no todo está tan mal, no todos son lo mismo. Hubo diez legisladores, de diferentes bancadas y distritos que no realizaron canje, aunque no hay información si los tramos que tenían asignados se utilizaron de manera discrecional. Nathalia González Seligra (FIT – Buenos Aires), Romina Del Pla (FIT – Buenos Aires), Alejandro García (PRO – Ciudad de Buenos Aires), Cecilia Vera Gonzalez Orieta (Coalición Cívica – Catamarca), Daniel Ricardo Kroneberger (UCR – La Pampa), Luis Gustavo Contigiani (PS – Santa Fe), Nicolás del Caño (FIT – Buenos Aires), Alejandro García (PRO – Ciudad de Buenos Aires), Carmen Polledo (PRO – Ciudad de Buenos Aires) y Roxana Nahir Reyes (UCR – Santa Cruz)… coincidencias del destino, no hay ningún peronista entre quienes hacen las cosas bien, pero sí entre quienes las hacen mal, ya que los cinco legisladores que más pasajes canjearon en 2017 fueron Elisa Carrió (Vamos Juntos – Ciudad de Buenos Aires), Alberto Roberti (PJ – Buenos Aires), Nilda Garré (FPV – Ciudad de Buenos Aires), Paula Urroz (PRO – Buenos Aires) y Miguel Bazze (UCR – Buenos Aires).
Se observa entonces que es una situación bastante transversal, que atraviesa Partidos y Distritos, lo que pudiera hacer creer a muchos, equivocadamente, que todos son parte de lo mismo. Y aunque mucho se habla que ‘son todos iguales’, todos los políticos son lo mismo’, eso no es así, y hay hombres y mujeres que demuestran que no es así. ¿Alguien conocía a los 10 legisladores que no solicitaron canje? Yo no, y creo que como yo, la mayoría de quienes leen estas líneas tampoco los conocían. Por lo tanto hay que ser justos y no generalizar, ya que no todos son lo mismo, y así lo demostraron respecto a su accionar con el canje de los pasajes.
Los canjes de pasajes son lícitos, pero a todas luces están mal. No se trata solamente de cumplir con la ley, se trata de hacer las cosas bien.
De los 257 diputados que ocuparon sus bancas en 2017, hubo diez, que al menos en esta faceta, como dice Jorge Drexler, demostraron que no todo está perdido…
Publicado en Diario La Reforma, General Pico.
http://www.diariolareforma.com.ar/2013/creo-que-no-todo-esta-perdido/
Publicado en La Voz de Bragado, Bragado.
http://lavozdebragado.com.ar/2018/04/04/informe-sobre-el-canje-de-pasajes-en-la-camara-de-diputados/