En Hamelin los ratones
a la nada se lanzaban
tras la música hechizada
de un flautista de renombre.
Así comienza “Rebelión en Hamelin” en el que como en una fábula, el cantante imagina una nueva versión de la fábula ‘El flautista de Hamelin’.
Siguiendo en clave de fábula, ahora que el flautista sigue en el sur y las ratas van cayendo, muchos de los encantados juran y abjuran que nunca disfrutaron de la música y de los acordes.
Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre en la canción, estas ratitas no se rebelan ni cambian de canción…
No sólo eso sino que cantaba la Escaboni, nadie puede dejar de oír los gritos del pasado, porque a pesar que desde el Municipio hayan ‘desconectado’ el archivo de noticias, queriendo tapar el sol con un dedo, en esta época de múltiples formas de acceder a la información los archivos abundan.
Y en uno de esos gritos oímos a las ratitas yendo tras su queso, yendo tras el flautista y sus amigos.
Hace unos días uno de los ratones cayó en su madriguera eclesiástica; a otro de ellos se lo supone dentro de su cueva porteña… pero hace rato que no se sabe de su paredero… ¿y el ratoncito local? ¿qué dirá al respecto?
Hace unos años decía que era un gusto para la comunidad de Zárate el recibir a sus amiguitos ratones, y les contaba que estaban ´en su casa’.
Uno de los ratones se mudó al barrio aeroportuario, ¿lo seguirán los otros?
Publicado en El Debate, Zárate.